"¡Testimoniad la fe a través del mundo digital! ¡Emplead esas nuevas tecnologías para dar a conocer el Evangelio de modo que la Buena Nueva del amor infinito de Dios por todos resuene de maneras diferentes en nuestro mundo cada vez más tecnológico!".
Benedicto XVI

martes, 1 de julio de 2008

¿Filosofía o Ideología?

«Ideología es toda concepción que ofrezca una visión de los distintos aspectos de la vida, desde el ángulo de un grupo determinado de la sociedad. La ideología manifiesta las aspiraciones de ese grupo, llama a cierta solidaridad y combatividad y funda su legitimación en valores específicos. Toda ideología es parcial, ya que ningún grupo particular puede pretender identificar sus aspiraciones con las de la sociedad global» [1]. Las ideologías tienen la tendencia de absolutizar los intereses que defienden, transformándose en auténticas “religiones laicas”. Se presentan como «una explicación última y suficiente de todo y se construye así, un nuevo ídolo, del cual se acepta a veces, sin darse cuenta, el carácter totalitario y obligatorio» [2]. Las ideologías son fenómenos vitales con gran fuerza que logran impregnar con su carga de mensaje las realidades de aquellas personas que entran en contacto con éstas [3].

Ideología es una forma de filosofía social o política en que los elementos prácticos son tan prominentes como los teóricos; se trata de un sistema de ideas que aspira a explicar la totalidad del mundo y, en algunos casos, cambiarlo radicalmente, pues se encuentra imbuida en un “circuito cerrado”. El término ideologie surge en Francia en el siglo XVIII y es introducido por Destutt de Tracy quien afirmaba que la ciencia es el único camino de encontrar la verdad y proveer bienestar a la persona, pensamiento muy acorde con la mentalidad ilustrada de la época (Francis Bacon había sentado el antecedente el siglo anterior proponiendo a la ciencia como explicación de toda la realidad). La ideología por sus características intrínsecas reclama totalidad, necesita explicarlo todo. Muchas veces convertida en un proyecto de cambio al cargarse de fuerza social, se vuelve totalizante y exige totalitarismo, expresión política de su propia estructura. Necesitando un campo de acción tan amplio, las ideologías consumen la libertad del hombre, arrogándosela a sí misma, y, evidentemente, esto redunda en un proceso de secularización, al marginar todos aquellos elementos que no corresponden a ellas, el primero de los cuales es la fe, atacando directamente los valores espirituales de la sociedad.

Hasta este punto, he descrito muy sucintamente qué es y qué implica la ideología. Desarrollaré ahora los puntos principales que permitirán contrastar la realidad de una ideología con la de la filosofía. En primer lugar, la ideología es siempre parcial y tiende a absolutizar los “intereses que defiende”; por otro lado, ésta se presenta como explicación última y suficiente de todo, haciéndose totalitaria y obligatoria; y además, al ser totalizante, invade la libertad del hombre, mermando su dimensión espiritual (luego explicaré de manera más detenida este proceso). Hay un cuarto punto que es la proyección social que tienen las ideologías, que no desarrollaré, pero esta última es fruto de intereses de grupos determinados, mientras que la auténtica filosofía sólo sirve a la verdad. Y es precisamente este punto el eje transversal donde la filosofía puede dejar de serlo para convertirse en ideología: la filosofía no propone una parte de la verdad como “la Verdad”, sino que la busca con sinceridad e independencia.

Las ideologías defienden intereses y están cerradas sobre sí mismas, de modo que no puedan ser penetradas por ninguna influencia externa que pueda alterar sus conclusiones, muchas de las cuales son distorsionadas para que encajen en la ecuación. Hay dos problemas fundamentales aquí: el defender intereses creados, incluso en desmedro de la verdad, y, por otro lado, el absolutizar estas “seudo-verdades”, dándoles un carácter de inviolabilidad que ciertamente conduce a la incapacidad de salir del error cuando éste acontece. La filosofía es la ciencia que nos enseña a conocer con certeza, es decir, que se pueda decir por qué la cosa es lo que decimos que es. Se trata de conocer por las causas primeras o razones más elevadas, buscando los principios supremos que conciernen al orden natural. Lo que se busca conocer es todo lo que existe, y enriquecer así la inteligencia. Evidentemente no puede conocerse todo en todas sus causas, sino que en algunos principios (causas primeras) se encierra la naturaleza entera [4].

Las diferentes ideologías también suelen presentarse a sí mismas como la única explicación, “última y suficiente” de toda la realidad. Proponiéndose en esas condiciones, (de verdad exclusiva y total), la única opción es creer y seguir, “adherirse” a la ideología y a cada uno de sus preceptos, dado que, en principio, no habría otra posibilidad plausible. En cambio, la filosofía se reconoce como una ciencia que no puede conocer sino soluciones probables en bastantes puntos particulares. Este elemento “probable” es accidental a la ciencia como tal, sin embargo, el porqué más remoto, fundado en las causas primeras, aquello sobre lo que la razón no puede ir más allá, sobre eso precisamente versa la filosofía. Apoyándose en los hechos más simples y evidentes, parte de la experiencia cercana y desde allí se eleva a las causas y razones primeras [5]. Así, la filosofía no es totalitaria por su propia lógica interna y cerrada, sino por su objeto material (todos los seres) y por su objeto formal (las causas primeras). Y la filosofía tampoco se constituye a sí misma como obligatoria por presumir que posee conocimiento y explicaciones para cada cosa o por la autoridad misma de los principios que propugna (las ideologías establecen un circuito cerrado en el que la última verdad es, en realidad, que esta ideología se proponga como tal), sino porque se apoya en la evidencia que le procura la inteligencia. Sería largo tratar aquí la evidencia que la historia aporta para entender cómo, por un problema de método (entre algunos otros), la filosofía algunas veces ha caído en ideología [6]. Incluso, este problema de método implica en algunas ocasiones partir de algún a priori o de principios escogidos arbitrariamente: éstos, al no ser evidentes en sí mismos, requieren demostración, pero al excluir las primeras causas, deben hacerse saltos lógicos y otros artificios para mantener -al menos aparentemente- la coherencia. Un buen ejemplo de esto es San Agustín al relatar el motivo de su conversión a la fe cristiana. Afirma que le parecía que la doctrina católica mandaba creer con modestia y de ningún modo falazmente lo que no se demostraba, cuando las otras doctrinas prometían con arrogancia la ciencia, mientras que luego se obligaba a creer una infinidad de fábulas absurdísimas que no podían demostrar [7]. El gran problema de las ideologías es pretender la verdad excluyendo aquello que no sirve a sus fines, incurre en la hybris y luego, para encubrirla, deshonestidad. Pareciera que se cambia el papel mismo de la filosofía: de sabiduría y saber universal, se ha ido reduciendo progresivamente a una de las parcelas del saber humano -sin siquiera reconocer o aceptar esta degradación- y cual “razón instrumental” sirve ahora a los fines utilitaristas de los ideólogos y no a la verdad [8]. La filosofía recta siempre debe considerar cuál es su objeto formal y no desviarse del camino que le propone, pues estas causas primeras portan en sí mismas el rechazo a cualquier polarización exclusivista conducente al error, y el germen necesario de sinceridad intelectual, para enmendarse cuando es necesario.

Finalmente, expondré brevemente para introducir la tercera cuestión, cuál es el origen de las ideas. Extraemos nuestras ideas de nuestras sensaciones y de nuestras imágenes, de modo que ninguna cosa del objeto -en cuanto objeto de imagen o de sensación- pase a esas ideas. Así, las ideas permanecen en un plano superior al del objeto tomado en su individualidad -que es como lo conocemos a través de los sentidos- mediante una actividad de orden superior, que abstrae de los datos sensibles, “lo que la cosas es” al purificar los caracteres que constituyen la individualidad del objeto [9]. En resumen, nuestras ideas vienen de los sentidos (de las cosas mismas) mediante la actividad de una facultad espiritual, de orden superior, que rebasa los sentidos [10]. Al ser totalizantes, las ideologías reducen el espacio del hombre, lo delimitan exclusivamente a lo que la ideología propone, privándolo de mayores luces o fundamentos más esenciales y universales. El proceso del conocimiento es espiritual, por lo que requiere de esa dimensión elevada, superior, para poder darse. Las ideologías prescinden de esta dimensión, pues no es compatible con sus pretensiones holísticas, cerrando al hombre a tan esencial dimensión de su existencia y reduciendo el horizonte de la Verdad a alguna verdad parcial.


Rafael Fernández Concha

Colaborador de Cooperatores Veritatis

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[1] Puebla, 535.

[2] Pablo VI, Octogesima adveniens, 28.

[3] Ver Puebla, 536-537.

[4] Ver Jacques Maritain, Introducción a la filosofía, Club de Lectores, Buenos Aires 1967, pp. 82-86.

[5] Ver allí mismo, pp. 116-117.

[6] Ver Luis Fernando Figari, Aportes para una teología de la Reconciliación, Fondo Editorial, Lima 2000, pp. 133-145.

[7] Ver San Agustín, Confesiones, VI, 5, 7: CCL 27, 77-78.

[8] Ver Fides et Ratio, 47.

[9] Ver Jacques Maritain, ob. cit., pp. 144-147.

[10] Allí mismo, p. 149.

12 comentarios:

Superboy-Prime dijo...

He seguido algunos post de este blog, y vaya qué por fin hay un post para interesante y elevado. Bueno también se pasa de denso.

Tomando la definición de ideología aquí esgrimida me he podido percatar que tal cuestión podría encajar muy bien a las sectas de derecha de la Iglesia de Roma, a saber: Opus, Sodalicio, Legionarios, etc. (curiosamente son de habla hispana)
Estos grupos tiende a absolutizar sus prácticas. Si bien la intecionalidad no está en papel, sí se da en lo usual y prgmático.
Mi juicio no pretende ser de valor, sino de descripción fenoménica ateniendome a varias experiencias de ex-integrantes de dichas "conregaciones", como también de ciertas experiencias cercanas a mí. Habría que atender realmente es porqué es que se intelega eso de aquellas. Creo que la respuesta no se halla en decir: sonunos resentidos. Debe haber algo de fondo ¿no? Como fuere que sea era sólo una acotación curiosa.

"...el porqué más remoto, fundado en las causas primeras, aquello sobre lo que la razón no puede ir más allá, sobre eso precisamente versa la filosofía." Veamos, o no sabes qué es filosofía y, por ende, su naturaleza, o dices llamar filosofía a la religión, a lo mítico, chamánico, etc....? La filosofía sí versa sobre las causas primeras, bueno: la filosofía antigua, es decir: una parte de la filosofía. Eso no tiene mucho de perenne. Si es que te actualizas un poco verás que no se habla así de la filosofía desde hace mucho. Mas es aún acetable. Pero de ahí afirmar que eso va más allá de la razón... o sea, te volaste la síntesis de Tomás en el medioevo, los avances modernos y ni que decir de la posmodernidad. La filosofia en naturaleza y rigor es racional y lógica. Cuando la filosofía se topa con sus límites da paso a otras ciencias o otras tendencias del alma. Como diría Wagner de Reyna: "somos animales lógicos y míticos". Ahora bien, si nos atenemos a la naturaleza racional de la filosofía y si esta deseará ir más allá de ella sería un absurdo. Ratzinger en Ratisbona dice claramente que la razón no puede ser reducida al ámbito sólo de la ciencia (entendido en sentido positivo moderno), sino que debe ir a acompañada de la fe. Pero no se dice que la filosofía vaya más allá de sus límites y siga siendo ella misma. Es más, en la FR, JPII dice que la filosofía cristiana acepta elementos de la revelación pero no que sea el tribunal de ella.
En resumen, la filosofía no puede versar sobre algo que vaya más allá de la razón, porque como fruto humano tiene límites. Creo que si de primeras causas que van más allá de la razón, o transracionales, vamos a la religión o a la fe o lo mítico o místico.

Adios.... estaré por ahí buscando como llegar a tierra tres... o alguna de esas...

Superboy-Prime dijo...

(?)

Superboy-Prime dijo...

Elevado? Pues, no creo. De hecho ese post es sólo como joda, para que haya por ahora algo en mi blog. En definitiva, hablar de relaciones pre-matrimoniales debe tener todo un back ground intelectual. Los cristianos no lo tienen muy desarrollado, por eso es que se puede uno burlar facilmente de ellos. Pero, no, no es elevado. Es sólo ironía. Linda, no? Parte de la vida. Parte de Dios si nos basamos en san Agustín: todo lo que es es en tanto pensado por Dios, todo existe en su mente.

Pero, bah! De nada. Me divierte comentar en blogs, aunque soy nuevo en esto xD.

bye!

pd: mirad isaac, os respondí en mi blog... thanx

Ricardo Milla dijo...

Estimado, superboy-prime:
Es interesante encontrar un sujeto que al parecer sabe de comics. Yo leo. Pero poco. Aunque parece que sé más que tú. Lo digo porque haces mezclas raras en lo que dice en tu blog.
¿Cómo es que dices lo que dices sobre esa movimientos? ¿Has estado en uno? Dices haber tenido ciertas experiencias cercanas. Q tanto? Hasta que punto? Creo que toda comunidad tiende a una validez universal. creo que m captarás. En tu perfil dices que eres filosófo, y de gringolandia. Te hablaré en lenguaje técnico. Habermas propone una etica universalista, pero si no atenemos a MacIntyre podemos ver que ese universalismo no se aplica a todas las comunidades, sino que depende del espacio-tiempo, como diría Haya (veo que sabes de Wagner, típico de USA, también sabes Prada seguro), que el bien es relacional a cada comunidad y sujeto. Entonces, si seguimos eso, podemos decir que no podemos equiparar la noción de ideología con estas comunidades religiosas, porque creo que siguen más una filosofía que busca la verdad y que hace hincapié en el bien que nace de lo que se hace. Ves! también tengo floro filosófico.
Por lo otro, creo que Rafael podría precisar ciertos términos, cierto. Y de fondo tu crítica está bien hecha. Pero, la filosofía sí puede versar sobre lo trasnracional, y eso se llama filosofía con visión cristiana. Talvez de eso no te enseñaron.
Por último, eres católico?

Saludos,
Ricardo.

Ricardo Milla dijo...

¡Ah! y cómo ves prefiero a captain marvel jr.

Superboy-Prime dijo...

sí tuve un encuentro cercano con varias comunidades. no sólo en un solo país. soy católico. algo más desea vos?
con respecto al mal llamado comunitarismo macinteriano, creo que efectivamente se puede hablar de que una comunidad aplica sus bienes que se desprenden de las prácticas aquí y ahora. eso no es un universalismo. pero sí hay un bien universal, que si bien no conocemos, vamos accidendo a él gradualmente. supongo que sí has leído a macintire sabes de eso. la ética de habermas es absurda porque prentende que hay un moral universal. no creo en tales universalismo. aunque tu discurso parece lindar con el relativismo. es decir que si una comunidad tiene un bien antógico a otra entonces el bien es relativo? en parte sí, en parte no. tendrías que afinar eso. creo que estas comunidades que mencioné deben aplicar su modus vivendi a ellos sin pretender universalidades ni universalizaciones. su modo de vida no es "el" modo de vida de la iglesia. en papel no lo pretende, pero si en diskurs (como diría habermas) y praxis. entiendo tu punto. pero no se ajusta tanto a lo que acaece.
y en ningun momento he dicho que haya estudiado en ee.uu. lo de wagner lo escuché en argentina. es conocido allá.
adiós!

Ricardo Milla dijo...

Los temas son muy compo para explayarse. Un gusto "debatir" contigo. Hay cosas que quedan en el tintero. Pero lo central esta claro. Y ya.

Saludos,
Ricardo.

Raul Haro Gonzales Vigil dijo...

es interesante lo que sale en su pagina sobre el tema de la ideologia, les recomiendo que entren a nuestro blog (la insoportable levedad del ser) que se han escrito posts relativos a las tematicas que a ustedes les interesan. Uno de ellos es por ejemplo sobre la muerte y el anhelo de eternidad y otro es sobre el terrorismo y los valores.

Isaac dijo...

Muchas gracias Araña maldita, lo tendrémos en cuenta. Saludos y oraciones.

Rafael Fernández Concha dijo...

Respecto al tema de la ideología, es importante no caer en error y confundirla con lo que los sociólogos y antropólogos llaman "mentalidades", "construcciones sociales" o "imaginarios". Una ideología es una construcción social de corto alcance temporal (producto social de su tiempo) y que necesariamente lanza a la acción, hechos que la diferencian en el primer caso de las mentalidades (término que explica -usando la lógica sociológica que no comparto del todo- la realidad de las siete religiones fundamentales, entre las que evidentemente se encuentra el cristianismo) En todo caso, las mentalidades (o religiones) han tenido un papel constitutivo de la sociedad desde tiempos prehistóricos, aunque ciertamente se puede ubicar su categorización formal alrededor de los siglos VI y IV a.C., y evidentemente la novedad del cristianismo significó una auténtica revolución espiritual y cultural, como pueden señalarlo las bienaventuranzas. Las ideologías no son ni pueden ser religiones como tales, son productos mucho más limitados y definidos por un determinado contexto cultural. Los sociólogos franceses iluministas fueron los primeros en usar el término "ideología" para referirse al logos de las ideas, al estudio de las ideas. Napoleón al entrar en conflicto con ellos empezó a utilizar dicho término de forma burlesca y despectiva, uso que perduró en la historia. Ya en el XIX, el marxismo se propuso rechazar la ideología como innecesaria y nociva procurando establecer lo "científico" como criterio único de verdad. Según mi tesis anterior, en ese esfuerzo de auto-erigirse como único referente de la verdad en su propio sistema (que mantiene una asombrosa coherencia interna, mas no externa) el marxismo incurrió en la falta de precisión científica que pretendía criticar. Aprovecho para recomendar a los interesados el libro "Poder terrenal" de Michael Burleigh, que hace un recorrido histórico desde la Revolución francesa por las distintas ideologías que ha habido en Europa y cómo han procurado ocupar un espacio social e incluso espiritual en el mundo.
Quiero terminar esta intervención haciendo notar cómo la política muchas veces se vale de ideologías más o menos presentes en la sociedad, asumiéndolas y manipulándolas para los propios fines. Hitler y Mussolini pasaron de un tipo de socialismo a los nacionalismos que conocemos influidos por la realidad de su ambiente y sus intereses. Recordemos también cómo Fukuyama, en una interpretación muy suya de Hegel (que personalmente no comparto) afirma que el estado moderno es la encarnación del espíritu absoluto, y que traería el fin de las ideologías, hecho que la historia muestra como aún bastante irreal. Por otro lado, Huntington, a partir de los eventos ocurridos tras el 11 de septiembre del 2001, nos trae de vuelta a la conciencia, la propuesta del choque de las civilizaciones occidental y oriental, del que él predice saldrá victorioso el cristianismo. Sintetizando un poco, quisiera sólo enfatizar no confundir ideología con religión (incluso quien no tiene fe no puede reducir el alcance histórico y de impacto social de una religión -o mentalidad como la quieren entender los sociólogos agnósticos- al de una ideologia que es un sistema cerrado que tiene simplemente la finalidad de lanzar a una acción concreta en un momento determinado. Finalmente, las teorías sobre la ideología son muchas, se les critica aunque muchas veces se les reconoce como una realidad casi omnipresente en la cultura. Sin embargo, poseer un criterio de discernimiento y una auténtica apertura filosófica y metafísica que permita elevarnos a la contemplación de la verdad, ciertamente puede permitirnos liberarnos del yugo deshumanizante y masificador propio de las ideologías.

Superboy-Prime dijo...

Completamente de acuerdo contigo Rafael.
Adios.

JORGE dijo...

Hola,

En esta oportunidad solo entro por un pequeño momento y a provecho para invitarlos a ustedes y a sus lectores a nuestra II Jornada de Oración por la vida. Más detalles en http://www.40dporlavidaperu.blogspot.com/

Gracias y bendiciones