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Benedicto XVI

martes, 14 de octubre de 2008

El uso de la guitarra dentro de la Misa y también sobre los aplausos

He encontrado éste pequeño texto sobre el uso de éste instrumento y sobre los aplausos en la liturgia, lo encontré en grupo de yahoo llamado "cfsanbernardo" y quería compartirlo con ustedes pues me pareció muy importante abordar éste tema tan polémico.


Para entrar en el tema del uso de los instrumentos en la liturgia, y en particular de la guitarra, no estaría de más recordar, como enseña el Card. Ratzinger, que «la liturgia cristiana se define por su relación con el Logos» (seguimos libremente, J. RATZINGER, El espíritu de la liturgia. Una introducción, ed. Cristiandad, Madrid 2001, 171-179). Esto, en un triple sentido:

1. En la música litúrgica, basada en la fe bíblica, hay una «clara primacía de la palabra». De aquí se sigue «el predominio del canto sobre la música instrumental (que de ningún modo ha de ser excluida)».
2. El canto logra superar las palabras, que muchas veces no alcanzan para expresar la inefabilidad del misterio, pero no supera la Palabra (el Logos), por lo que se hace necesaria la música. Ahora bien, «la liturgia cristiana no está abierta a cualquier tipo de música». Una música que «arrastra al hombre a la ebriedad de los sentidos, pisotea la racionalidad y somete el espíritu a los sentidos», no eleva al hombre. Por eso la música litúrgica debe ser tal que, superando la sensualidad, eleve el corazón (sursum corda, “levantemos el corazón”).
3. «La música humana es tanto más bella cuanto más se adapte a las leyes musicales del universo». La liturgia debe ser cósmica, es decir, abierta al canto de los ángeles «que rodean a Dios e iluminan el universo». «Nosotros, al celebrar la Santa Misa, nos incorporamos a esta liturgia que siempre nos precede. Nuestro canto es participación del canto y la oración de la gran liturgia que abarca toda la creación». Por tanto, en la liturgia, los cantos deberían ser tales que se puedan cantar en presencia de los ángeles. Los instrumentos son el coro de las criaturas que acompañan la voz del hombre en la alabanza divina.

Pues bien, sobre estos principios, reformulamos la pregunta: ¿puede utilizarse la guitarra en la liturgia? Creemos que no puede excluirse de plano, sino que su aceptación dependerá del tipo de música que se sirva de ella, y de su modo de ejecución.

En la música litúrgica judía, se utilizaban instrumentos de cuerda para «acompañar» (y subrayamos este verbo, «acompañar») el canto de los salmos. De hecho, «psalterio», viene del griego, «psallein» (traducción del hebreo «zamir», que significa «pulsar» (una cuerda) o «puntear», y salmodiar es cantar con acompañamiento de una cítara o un arpa, o un instrumento afín. De aquí se puede colegir la exclusión de la guitarra «rasgueada», que privilegia el ritmo, y se pone sobre la palabra y al nivel de los sentidos. En efecto, la guitarra así tocada, resuena en el corazón, pero no lo eleva.

Los Papas siempre se han preocupado de corregir los abusos en materia de música litúrgica, sobre todo para que la liturgia no se confunda con una teatralización de tipo operístico. Así, por ejemplo, Benedicto XIV, en la Encíclica Annus Qui, de 1749, delimitó el uso de los instrumentos musicales, admitiendo: «...el órgano, también violones, violoncelos, fagotes, violas y violines» y excluyendo «los timbales, los coros de caza, las trompetas, los oboes, las flautas, los flautines, los salterios modernos, las mandolinas e instrumentos similares, que sólo sirven para hacer la música más teatral». Aquí se circunscriben las guitarras. Sin embargo, la preocupación estaba dirigida no tanto a ciertos instrumentos sino a aquellos que representaban este tipo de música. «De forma semejante, Pío X intentó, entonces, alejar la música operística de la liturgia, declarando el canto gregoriano y la gran polifonía de la época de la renovación católica (con Palestrina como figura simbólica destacada) como criterio de la música litúrgica. Así, la música litúrgica se ha de distinguir claramente de la música religiosa en general...» (J. RATZINGER, El espíritu de la liturgia..., 169).

Si tenemos en cuenta el uso actual de la guitarra, esto es, para el folclore o canto popular, el canto melódico, incluso, el rock (con la guitarra eléctrica), no parece que sea un instrumento adecuado para la liturgia, pero si se toca con arte y punteando, de manera que sirva de acompañamiento, creemos que podría usarse, como pueden usarse la cítara y el arpa. El problema, de todos modos, estaría en ¿para qué tipo de música que sea apta para la liturgia, puede ser utilizada la guitarra como instrumento de acompañamiento? ¿Y a qué textos velará con su sonido?

Tal vez su uso litúrgico, pues, se vea reducido al acompañamiento de los salmos en la liturgia de las horas, a modo de cítara o arpa. Esto no obsta a que se use este hermoso instrumento para otro tipo de cantos religiosos, pero extra-litúrgicos, así como por ejemplo, en algún tipo de reuniones y jornadas.

La Constitución sobre la Liturgia, Sacrosanctum Concilium, del Concilio Vaticano II, establece: «Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales.

En el culto divino se pueden admitir otros instrumentos, a juicio y con el consentimiento de la autoridad eclesiástica territorial competente, a tenor del artículo 22, Par. 2, 37 y 40, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la edificación de los fieles» (n. 120).

En cuanto a los aplausos en la liturgia, digamos, ante todo, que se oponen al decoro y la belleza propios de la liturgia. Se trata del culto de la Esposa de Cristo, en el que deben resplandecer el orden, la mesura, y las manifestaciones contenidas.

Hay manifestaciones artísticas que se introducen en la liturgia para hacerla más atractiva, como por ejemplo la inclusión de una danza antes del Evangelio, que generalmente terminan en aplausos espontáneos por parte de los fieles, «lo cual está justificado, -dice el Card. Ratzinger, si se tiene en cuenta, propiamente hablando, su talento artístico». Pero, -concluye el actual Pontífice-, «cuando se aplaude por la obra humana dentro de la liturgia, nos encontramos ante un signo claro de que se ha perdido totalmente la esencia de la liturgia...» (El espíritu de la liturgia. Una introducción, ed. Cristiandad, Madrid 2001, 223).

Cuando se aplaude, ¿a quién se aplaude? Si se aplaude a una persona por un discurso, o porque ha hecho sus votos religiosos, o se ha casado, o porque ha cantado muy bien, etc, estamos ante una desnaturalización de la liturgia, que es el culto que se tributa a Dios y no al hombre, aunque sea porque se quiera alabar en el hombre, las “maravillas” de Dios.

Por el contrario, si es a Dios a quien se aplaude, entonces hay que decir que la liturgia tiene sus modos de alabar a Dios y de expresar el júbilo, y es mediante las aclamaciones, esto es, el canto del Aleluya, del Amen, del Deo gratias, etc. Los aplausos están muy ligados al uso profano. Pongamos un ejemplo. Así como en la liturgia hay modos propios de saludar y no cabe un cotidiano y vulgar “¡Buenos días!”, sino un bíblico (aunque no menos sencillo), “¡El Señor esté con vosotros!”, acompañado de un extender y juntar los brazos por parte del que saluda (como un modo estilizado y litúrgico del abrazo humano), así tampoco caben los aplausos en señal de aprobación o confirmación, o bien como expresión de júbilo, pues estos sentimientos del alma tienen su modo estilizado en las aclamaciones.

4 comentarios:

JORGE dijo...

Apreciado en Cristo Isaac,

Yo provengo de un movimiento juvenil de formación y como parte de la misma animábamos en la misa.

Te comparto mi experiencia:

- El uso de la guitarra cuando lo entiendes como un medio que te ayuda a vivir el sacramento de la Eucaristía, es excelente y muy efectivo. Pero los responsables han que cuidar que los jóvenes no la vean como un fin, pues muchos se aficionan de la guitarra, pero no pasan de ello.

- Apaludir es una acción que obedece a la participación del pueblo en la Eucaristía, y si el objetivo es para Gloria de Dios, en buena hora y no hay aplauso tan grande que alcance el que merece el Rey de Reyes. Pero si vamos a convertir la liturgia en un "Show Artístico", quiere decir que tenemos que replantearnos muchas cosas, porque estamos desvirtuando la escencia de la Eucaristía en la que pretendemos participar.

Gracias y bendiciones.

Isaac dijo...

Hola Jorge,recibe un saludo en el Señor Jesús, muchas gracias por tu comentario, efectivamente como dices en los dos puntos que propones lo mas importante es cuidar que no nos alejemos de la esencia de la celebración Eucarística que es participar de la actualización del Sacrificio de Cristo y demostración infinita de su amor por nosotros, no obstante si creo importante recalcar que la participación en la celebración Eucarística debe ir acompañada por la vivencia de un silencio interior y exterior que te va a permitir, en definitiva, vivir mas intensamente la Misa.

En conclusión, totalmente de acuerdo contigo, los aplausos y la guitarra SI, las exageraciones y alejamientos NO.

Saludos en Santa María

P.D. Mis oraciones por "Travesía por la vida" y CEPROFARENA, ánimo con eso. Te recomiendo escribir sobre la postura de los católicos con respecto a las elecciones electorales en Estados Unidos.

JORGE dijo...

Gracias por las oraciones Isaac, y gracias por la recomendación. Muy oportuna.

Dios te bendiga.

Carlo Alejandro dijo...

Bueno solo queria hacer un pequeño comentario a esto que me parece super interesante.
estoy de acuerdo con los comentarios de JORGE e ISAAC, que cualquier cosa que se haga solo sea para alabar y engrandecer mas al señor, nada mas...
con respecto a la forma de tocar los instrumentos y esas cosas, depediendo de la historia los instrumentos han evolucionado mucho, antes una guitarra no se rasgueaba y ahora si, antes se usaban organos a tubos y ahora un organo electrico te hace lo mismo, yo quiero decir que bueno, que no importa el instrumento que toques ni la manera que lo hagas, solo que como dice la informacion, solo debe de acompañar el canto, nada mas, lo principal es el canto, el resto es para darle mas colorido y hace el fiel pueda profundizar mas y compenetrasre mas con Dios.
Con esto tampoco quiero decir que se llevara una banda de musica, no.......creo que la orquestacion no debe de ser aceptada nunca porque eso ya es otro fin, es adornar la musica pero sin la minima intension de alabar a Dios.
Como opinion personal, solo creo que mientras menos instrumentos coloridos y solo con instrumentos de la zona para que los fieles se identifiquen y se abran mejor a la oracion sera mejor la alabanza.
gracias
bendiciones para todos.