"¡Testimoniad la fe a través del mundo digital! ¡Emplead esas nuevas tecnologías para dar a conocer el Evangelio de modo que la Buena Nueva del amor infinito de Dios por todos resuene de maneras diferentes en nuestro mundo cada vez más tecnológico!".
Benedicto XVI

sábado, 29 de noviembre de 2008

La Muerte*

“Nuestras vidas son los ríos que van a dar en el mar, que es el morir…”. Jorge Manrique

La desobediencia de Adán y Eva trajo consigo a “la muerte”. Todos vamos a morir, no hay ninguno que se salve de la muerte, cada uno de nosotros por lo tanto sabemos que vamos a morir, no sabemos cómo, dónde, ni cuándo vamos a fallecer y eso nos puede asustar, por ello, nunca pensamos en eso, más bien tratamos de bajar ese miedo trivializando la muerte buscando despojarla de toda capacidad de cuestionarnos y al hacer eso nos privamos de cualquier encuentro con nuestros dinamismos más profundos.

¿A qué le tenemos miedo? Algunos miedos:

  1. Temor a la desaparición perpetua, tenemos esa semilla de eternidad que nos hace querer ser nosotros mismos siempre.
  2. Temor por lo que puede implicar nuestro pasado a la vida futura.
  3. No nos hemos fortalecido lo suficiente, tal vez no hicimos el mal pero sabemos que no dimos el todo, fuimos mediocres (pecado de omisión).
  4. Temor a lo desconocido, este es un miedo natural que se nos presenta.
  5. Al despojarse: dejar el cuerpo y dejar de ser amo y señor de la tierra.

Perspectivas de la muerte:

Sin fe:
El hecho de no saber o aceptar a Cristo en tu vida, hace que la muerte sea tu desaparición perpetua, vas contra algo muy íntimo que es tu dinamismo de permanencia, experimentas conflictos contra tu mismidad ya que la muerte es el fin de tu vida y por lo tanto tu desaparición.
Donde no hay nada por lo cual valga la pena morir, no hay nada por lo cual vivir.

Con fe:
No existe la muerte, mas bien seria una transformación de la vida.
La muerte sería el principio de una vida eterna más cercana a Dios.
Ya que el hombre está orientado y tiene necesidad de estar con Dios de una manera inmortal por ser fuente de amor, la muerte nos apertura y acerca mas a Él, nos da una respuesta a la nostalgia de infinito con la que vivíamos, a ese anhelo de plenitud, etc.

………………………………………………………

Ante el hecho de la muerte, esta etapa nos da a nosotros un sentido ESPERANZADOR y LIBERADOR:

LIBERADOR porque aunque nos dé una cierta inseguridad despojarse de lo terrenal (cuerpo), sabemos que es la manera de estar mas cerca de Él, como San Pablo relata: "Sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por una mano humana, que esta en los cielos". El temor al infierno, a vivir lejos del amor de Dios, por ello convive con nosotros un sentimiento que no brota de nosotros, sino que el señor nos los da, la ESPERANZA: virtud teologal. (Flp. 1, 21)


Encuentro conmigo mismo

Sabemos que en nuestros últimos momentos estamos acompañados de personas cercanas, amigos, familia, etc... pero luego nos encontraremos con la muerte y allí no estaremos acompañados de nadie más, cada uno muere su propia muerte, allí te verás a ti mismo y ¿Qué veras?, ¿te gustará lo que veas?, ¿será novedad lo que veas?....

En nuestra muerte no nos podemos mentir, no hay engaños, es el momento de la verdad con uno mismo, sin comparaciones con lo que pudimos, o quizás debimos ser. El tener o el poder ya no interesan, solo soy yo y la vida que viví.

Encuentro con Dios

Esta es la presencia que da sentido a nuestras vidas, para este momento nacimos y por el cual pasamos y queremos la vida eterna, tener ese amor infinito para siempre. Pero al momento de encontrarnos con Él, ¿Qué le diremos?, sabemos que no le vamos a mentir, ¿iremos arrepentidos o seguiremos añorando la “maravillosa” vida terrenal sin la presencia de Dios?. En ese momento tendremos un abogado que sabe quiénes somos y está sediento de misericordia por lo tanto no ha de temer porque nos ama, aquel es Jesucristo.
No tenemos una segunda vida, no tenemos más que una sola oportunidad de hacer las cosas bien, la vida es un peregrinar que su fin es la muerte, o aceptamos a Cristo o lo rechazamos, no debemos elegir mal, porque ya no volveremos a vivir acá como para reponer todo.

Por todo lo señalado, el Señor nos invita a velar hasta que llegue el día por una doble connotación: a vivir una alegre esperanza y por el misterio de la iniquidad, ya que el hombre siempre será tentado por el demonio.

Ya que no sabemos cuándo nos hará Dios entrar a su morada, tendremos que velar y orar para así esperarlo con el corazón abierto y que su llegada no nos agarre desprevenidos, sino preparados.

El mundo nos engaña muchas veces. Es un absurdo saber lo que nos hace bien y hacer todo lo contrario, como San Pablo nos dice: "Querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero" (Rom 7,18-19).

Todos sabemos que moriremos, pero ninguno sabe cuándo.

La edad que tenemos cuando la muerte se nos presenta sólo influye en el desprendimiento de nuestras vidas, ya que ella no nos pertenece, aunque no es concebible que ese desprendimiento de nuestras vidas se tratase por el sufrimiento o cansancio que se adquiere en el transcurso de aquella. ¿Estamos preparados?, ¿Cuándo lo estaremos? debemos estar preparados siempre.

¿Por qué no hay que esperar hasta el último momento para reconciliarnos con Dios?

No podemos esperar como "el buen ladrón" que fue perdonado por Cristo en su ultimo momento. No es que Dios no nos perdone, sino más bien que en ese momento que necesitemos hacerlo, tal vez nosotros tendremos el corazón duro como para querer reconciliarnos con Él.

En ese momento se pierde el silencio y la reverencia para escuchar de verdad, “...¿Qué nos hace pensar que llegado el momento tendremos la sensibilidad para percibir su presencia, y no inventaremos una excusa más a las que nos hemos acostumbrado a lo largo de años de engaño?...” (G. Doig), él también nos dice que es como jugar a la ruleta rusa con todas las balas menos una.

Contestemos su llamado con los brazos abiertos, mientras tanto aprovechamos el tiempo para nuestra santificación.

En conclusión, la vida da sentido a la muerte, nuestro encuentro con Dios es lo que buscamos siempre, por lo tanto ¡NO TENGAMOS MIEDO!, dejemos todo en la tierra para ir en su encuentro.

Seamos como María que vivió en continua vigilia, silente y atenta a acoger la palabra de Dios y ponerla en su obra. Como ya dije, no hay muerte, sino solo transformación de la vida.





(*)Toda esta publicación es el resumen de una reunión de nuestra Agrupación Mariana en el que el tema principal fue el libro: “¿Dónde está, muerte, tu victoria?”

Autor: Germán Doig.*

miércoles, 22 de octubre de 2008

¡No tengas miedo!

El pasado fin de semana se realizó en Lima un congreso de estudiantes escolares católicos llamado Vivencia. Vivencia es un Congreso de Estudiantes Católicos que busca ofrecer a los jóvenes de los últimos años del Colegio un espacio de encuentro con Dios a través de actividades espirituales, pláticas sobre temas que devienen del lema escogido, momentos de diálogos en grupo, en donde los estudiantes descubren que son valiosos sus aportes para poder iniciar un cambio y que primero deben comenzar por ellos mismos. Asimismo hay juegos, teatro, videos, entre otras actividades.

El lema de este año fue "¡No tengáis miedo!, Él no quita nada y lo da todo", como se puede ver muchas de las reflexiones se dieron en torno a lo que experimenta el joven actual: El miedo.

Pero, ¿miedo a qué? ¿A una persona, una cosa, o un animal? En realidad es un miedo más profundo: a comprometerse, a arriesgarse, a tomarse las cosas en serio; miedo a perder, a no ser correspondido, a ser engañado, a quedarse solo. Son cosas que los jóvenes de ahora sienten; y este es un miedo que te paraliza, que te angustia, que te inhibe, que te hace retroceder ante una situación y que bloquea la mente evitando que pueda responder de la manera adecuada en el momento oportuno. Y esto genera una frustración en la persona, al no poder desplegarse a causa de este miedo.

Para poder avanzar, seguir adelante, desplegarnos debemos vencer ese miedo... pero, ¿Cómo?



Recuerdo que cuando era niño, tenía miedo de caerme al aprender montar bicicleta, pero recuerdo que mi papá me dijo: "No te preocupes, yo estoy acá contigo. Si te caes yo te agarro." y fue así como recuperé la confianza y me aventuré a montar bicicleta. Como este ejemplo puedo poner muchos al respecto, de que una de las mejores maneras de vencer el miedo es confiando en alguien, que te puede ayudar a superar el miedo. En el último ejemplo confiar en mi papá me hizo superar el temor de caerme y lograr montar la bicicleta.

Esta confianza en alguien debe tener algunas características. En primer lugar se debe confiar en una persona que siempre diga la verdad. La honestidad siempre es importante y es el primer paso para una mutua confianza; si sabes que una persona te dice siempre la verdad, tienes la seguridad de que para ayudarte no te mentirá (o en su defecto si no tiene la capacidad de ayudarte te lo dirá y no te engañará). Otra característica es que esta persona quiera lo mejor para ti, osea que debe desear tu bien, porque eso lo va a llevar a esforzarse al máximo por ayudarte. Una tercera característica que debe tener una persona para poder confiar en ella es que tenga autoridad en lo que dice y hace: nadie que no sabe manejar un avión te va a decir que sí puede hacerlo, pues no tiene autoridad en aeronáutica. Del mismo modo alguien que te va ayudar debe estar capacitado para hacer lo que dice.

La cuarta característica que debería tener esta persona es que te conozca y que no te juzgue. Es importante que uno confíe en ti para ayudarte, que no tenga reparos en arriesgarse por ti, y eso sólo lo hace una persona que no te juzga a pesar de que sabe cómo eres. Una quinta característica es que esta persona tenga personalidad, para que pueda mantenerse firme en su decisión, a pesar que las cosas se pongan difíciles. Esta es una característica de deberían tener todos nuestros amigos, ya que se mantienen con nosotros en las buenas y en las malas.

Por último, y lo más importante, la sexta característica que debe tener una persona para que confiemos plenamente en ella para vencer nuestros miedos es que pueda vencer cualquier mal.

Ante esto sale la pregunta ¿Quién es capaz de cumplir todas estas características? Particularmente yo no conozco a ninguna persona que pueda vencer cualquier mal. Y esto nos deja sólo una opción: en quien podemos confiar plenamente para vencer nuestros miedos es en el Señor Jesús.

Porque como sabemos él siempre dijo la verdad. Fue una persona honesta y sincera, aunque eso le costara la enemistad de muchos. Él no tenía miedo de decir lo que pensaba y lo decía con claridad. Esto lo podemos ver en la manera como le hablaba a los fariseos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!” [1]

Obviamente que también Él quiere lo mejor para nosotros siempre, pues vino a este mundo para enseñarnos cómo debemos vivir para alcanzar nuestra felicidad [2].

Jesús siempre tuvo autoridad cuando hablaba y cuando actuaba, cabe recordar que siempre hablaba con autoridad en la sinagoga [3]. Él no habla por hablar sino que sabe muy bien de lo que habla, conoce y entiende; no es ajeno a la realidad, y es por eso que puede alzar la voz y hacerse escuchar. También hay que recordar la energía con la que corrió a los mercaderes del Templo [4].

Él nos conoce, conoce nuestros pecados y nuestras miserias, y aún así nos sigue amando. Cuando los fariseos le llevaron al Señor Jesús a la mujer adúltera para que la condenara a ser apedreada, Él no la juzgó y le dijo que ya no peque más, sin importar lo que ella pudo haber hecho antes [5].

El Señor Jesús también tiene una personalidad impactante, Él era manso, espiritual, profundo. El pasaje más representativo de esto es el momento de la Pesca Milagrosa [6], donde Él le pide a Pedro algo impensable: echar las redes al mar luego de una larga noche sin frutos en la pesca. Pedro pudo haberse negado a esta petición, pero lo que respondió fue: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero en tu palabra, echaré las redes». Después de esto Pedro lo deja todo para seguir a Jesús, confiando plenamente en Él.

Otro ejemplo de la personalidad de Jesús es cuando estaba en Nazaret y los pobladores intentaron despeñarlo, pero Él, antes de que lo empujen por el barranco, se abrió paso entre ellos y se marchó [7]. ¿Cómo habrá sido la mirada de Jesús (y su postura) para poder abrirse paso entre la gente que quería despeñarlo? Algo realmente fuerte para haber realizado eso.

El Señor Jesús también venció todos los males. Pero no hablemos de enfermos curados, ciegos que vuelven a ver o cojos que pueden andar, si no del mal más grande de la humanidad: la muerte. Jesús en la cruz venció a la muerte y nos hizo partícipes de la vida de Dios nuevamente.

Estas son sólo 6 razones por las que podemos confiar plenamente en el Señor Jesús, Él nunca nos abandonará si hacemos una opción por la verdadera vida cristiana; y mucho menos nos quitará algo que queremos: lo único que nos puede quitar es la tristeza o nuestros males para darnos gracia y bendiciones, y si nos llega a quitar algo bueno es para darnos algo mucho mejor.

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[1] Mt. 23, 27
[2] Ver Gaudium et Spes, 22)
[3] Ver Lc. 4, 16-28
[4] Ver Mt. 21,12-17
[5] Ver Jn. 8, 1-11
[6] Ver Lc. 5, 1 - 11
[7] Ver Lc. 4, 22 - 30

martes, 14 de octubre de 2008

El uso de la guitarra dentro de la Misa y también sobre los aplausos

He encontrado éste pequeño texto sobre el uso de éste instrumento y sobre los aplausos en la liturgia, lo encontré en grupo de yahoo llamado "cfsanbernardo" y quería compartirlo con ustedes pues me pareció muy importante abordar éste tema tan polémico.


Para entrar en el tema del uso de los instrumentos en la liturgia, y en particular de la guitarra, no estaría de más recordar, como enseña el Card. Ratzinger, que «la liturgia cristiana se define por su relación con el Logos» (seguimos libremente, J. RATZINGER, El espíritu de la liturgia. Una introducción, ed. Cristiandad, Madrid 2001, 171-179). Esto, en un triple sentido:

1. En la música litúrgica, basada en la fe bíblica, hay una «clara primacía de la palabra». De aquí se sigue «el predominio del canto sobre la música instrumental (que de ningún modo ha de ser excluida)».
2. El canto logra superar las palabras, que muchas veces no alcanzan para expresar la inefabilidad del misterio, pero no supera la Palabra (el Logos), por lo que se hace necesaria la música. Ahora bien, «la liturgia cristiana no está abierta a cualquier tipo de música». Una música que «arrastra al hombre a la ebriedad de los sentidos, pisotea la racionalidad y somete el espíritu a los sentidos», no eleva al hombre. Por eso la música litúrgica debe ser tal que, superando la sensualidad, eleve el corazón (sursum corda, “levantemos el corazón”).
3. «La música humana es tanto más bella cuanto más se adapte a las leyes musicales del universo». La liturgia debe ser cósmica, es decir, abierta al canto de los ángeles «que rodean a Dios e iluminan el universo». «Nosotros, al celebrar la Santa Misa, nos incorporamos a esta liturgia que siempre nos precede. Nuestro canto es participación del canto y la oración de la gran liturgia que abarca toda la creación». Por tanto, en la liturgia, los cantos deberían ser tales que se puedan cantar en presencia de los ángeles. Los instrumentos son el coro de las criaturas que acompañan la voz del hombre en la alabanza divina.

Pues bien, sobre estos principios, reformulamos la pregunta: ¿puede utilizarse la guitarra en la liturgia? Creemos que no puede excluirse de plano, sino que su aceptación dependerá del tipo de música que se sirva de ella, y de su modo de ejecución.

En la música litúrgica judía, se utilizaban instrumentos de cuerda para «acompañar» (y subrayamos este verbo, «acompañar») el canto de los salmos. De hecho, «psalterio», viene del griego, «psallein» (traducción del hebreo «zamir», que significa «pulsar» (una cuerda) o «puntear», y salmodiar es cantar con acompañamiento de una cítara o un arpa, o un instrumento afín. De aquí se puede colegir la exclusión de la guitarra «rasgueada», que privilegia el ritmo, y se pone sobre la palabra y al nivel de los sentidos. En efecto, la guitarra así tocada, resuena en el corazón, pero no lo eleva.

Los Papas siempre se han preocupado de corregir los abusos en materia de música litúrgica, sobre todo para que la liturgia no se confunda con una teatralización de tipo operístico. Así, por ejemplo, Benedicto XIV, en la Encíclica Annus Qui, de 1749, delimitó el uso de los instrumentos musicales, admitiendo: «...el órgano, también violones, violoncelos, fagotes, violas y violines» y excluyendo «los timbales, los coros de caza, las trompetas, los oboes, las flautas, los flautines, los salterios modernos, las mandolinas e instrumentos similares, que sólo sirven para hacer la música más teatral». Aquí se circunscriben las guitarras. Sin embargo, la preocupación estaba dirigida no tanto a ciertos instrumentos sino a aquellos que representaban este tipo de música. «De forma semejante, Pío X intentó, entonces, alejar la música operística de la liturgia, declarando el canto gregoriano y la gran polifonía de la época de la renovación católica (con Palestrina como figura simbólica destacada) como criterio de la música litúrgica. Así, la música litúrgica se ha de distinguir claramente de la música religiosa en general...» (J. RATZINGER, El espíritu de la liturgia..., 169).

Si tenemos en cuenta el uso actual de la guitarra, esto es, para el folclore o canto popular, el canto melódico, incluso, el rock (con la guitarra eléctrica), no parece que sea un instrumento adecuado para la liturgia, pero si se toca con arte y punteando, de manera que sirva de acompañamiento, creemos que podría usarse, como pueden usarse la cítara y el arpa. El problema, de todos modos, estaría en ¿para qué tipo de música que sea apta para la liturgia, puede ser utilizada la guitarra como instrumento de acompañamiento? ¿Y a qué textos velará con su sonido?

Tal vez su uso litúrgico, pues, se vea reducido al acompañamiento de los salmos en la liturgia de las horas, a modo de cítara o arpa. Esto no obsta a que se use este hermoso instrumento para otro tipo de cantos religiosos, pero extra-litúrgicos, así como por ejemplo, en algún tipo de reuniones y jornadas.

La Constitución sobre la Liturgia, Sacrosanctum Concilium, del Concilio Vaticano II, establece: «Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales.

En el culto divino se pueden admitir otros instrumentos, a juicio y con el consentimiento de la autoridad eclesiástica territorial competente, a tenor del artículo 22, Par. 2, 37 y 40, siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan realmente a la edificación de los fieles» (n. 120).

En cuanto a los aplausos en la liturgia, digamos, ante todo, que se oponen al decoro y la belleza propios de la liturgia. Se trata del culto de la Esposa de Cristo, en el que deben resplandecer el orden, la mesura, y las manifestaciones contenidas.

Hay manifestaciones artísticas que se introducen en la liturgia para hacerla más atractiva, como por ejemplo la inclusión de una danza antes del Evangelio, que generalmente terminan en aplausos espontáneos por parte de los fieles, «lo cual está justificado, -dice el Card. Ratzinger, si se tiene en cuenta, propiamente hablando, su talento artístico». Pero, -concluye el actual Pontífice-, «cuando se aplaude por la obra humana dentro de la liturgia, nos encontramos ante un signo claro de que se ha perdido totalmente la esencia de la liturgia...» (El espíritu de la liturgia. Una introducción, ed. Cristiandad, Madrid 2001, 223).

Cuando se aplaude, ¿a quién se aplaude? Si se aplaude a una persona por un discurso, o porque ha hecho sus votos religiosos, o se ha casado, o porque ha cantado muy bien, etc, estamos ante una desnaturalización de la liturgia, que es el culto que se tributa a Dios y no al hombre, aunque sea porque se quiera alabar en el hombre, las “maravillas” de Dios.

Por el contrario, si es a Dios a quien se aplaude, entonces hay que decir que la liturgia tiene sus modos de alabar a Dios y de expresar el júbilo, y es mediante las aclamaciones, esto es, el canto del Aleluya, del Amen, del Deo gratias, etc. Los aplausos están muy ligados al uso profano. Pongamos un ejemplo. Así como en la liturgia hay modos propios de saludar y no cabe un cotidiano y vulgar “¡Buenos días!”, sino un bíblico (aunque no menos sencillo), “¡El Señor esté con vosotros!”, acompañado de un extender y juntar los brazos por parte del que saluda (como un modo estilizado y litúrgico del abrazo humano), así tampoco caben los aplausos en señal de aprobación o confirmación, o bien como expresión de júbilo, pues estos sentimientos del alma tienen su modo estilizado en las aclamaciones.

lunes, 6 de octubre de 2008

Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2008


Como muchos sabemos, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el cual es el evento juvenil más grande en el mundo, fue celebrada en Sidney, Australia del martes 15 al domingo 20 de Julio de 2008 y fue presidida por el santo padre Benedicto XVI, el cual se dirigió a miles de jóvenes en sus diferentes intervenciones, de hecho existen diversas páginas en donde pueden encontrar los textos que el papa nos dirijió (porque también se dirijió a nosotros, es decir a los que no pudimos ir) y que en muchas ocasiones nos alentaba a ser valientes, a no tener miedo en anunciar al Señor Jesús en nuestra vida diaria entre otros muchos mensajes de aliento y esperanza. Acá les dejo con algunas páginas en donde pueden encontrar éstos textos:

- Página oficial
http://www.wyd2008.org

- Especial en ACI Prensa
http://www.aciprensa.com/jornadas/jmj2008/

- Programa,noticias y mensajes en la página del Vaticano
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/travels/2008/index_australia_sp.htm


Por otro lado quiero comentarles, y es que también es parte de mi papel en el blog, que después de éste grandioso evento, algunos de los organizadores hicieron una red social para aquellos que participaron y también para el público en general, que busca tener un espacio en Internet donde puedan compartir todas la experiencias vividas con el Santo Padre en la Jornada Mundial de la Juventud. Ésta página es:

- Official WYD Social Network
http://www.xt3.com

Espero que puedan registrarse y puedan compartir ésta experiencia con los jóvenes católicos que fueron a encontrarse con el papa Benedicto XVI y con aquella Iglesia jóven reflejada en la alegría de los asistentes.

El misterio de los santos ángeles y nuestra vida terrestre



En nuestra visión del mundo, muchos han olvidado a los santos ángeles. ¿Pensamos que nos aman en Dios como “prójimos” y que tenemos el deber de amarlos como tales? ¿Sabemos también que podemos unirnos a su visión de Dios? ¿Nos aliamos con ellos en el secreto de la Nueva y eterna Alianza en la sangre de Cristo?

Recordemos, primeramente, con el cardenal Journet, uno de los grandes teólogos de los tiempos modernos, que “los ángeles no se revelan sino a los que los aman y los invocan”.

Los ángeles son dignos de ser amados en su amante naturaleza voluntaria y en su elevación sobrenatural. Jesús nos habla de los “santos ángeles” (Mt XXV, 31). Son santos porque cumplen perfectamente su deber de alabar a Dios y de amarnos por amor a Cristo, su Creador y el nuestro. Para ellos no somos extraños, sino miembros de la familia de Dios. Encomendados a su ministerio salvífico, nosotros debemos heredar con ellos la salvación eterna (cf. Hb 1, 14). Tienen por nosotros un amor no sólo natural, sino además sobrenatural, porque contemplan en nosotros imágenes de Dios, destinados a ver, con ellos, a Dios cara a cara (cf. Mt., XVIII. 10).

Nos aman, también, en tanto que estamos agrupados en la naciones que protegen en su pluralidad hasta la proclamación del evangelio. El orden cósmico, (especialmente las especies animales cercanas al hombre) se benefician con su intercesión. Catecismo de la Iglesia católica 57). Los ángeles dominan la historia. Bajo la providencia de Dios creador y señor gobiernan el mundo (Daniel X, 13-21), es decir lo orientan hacia su fin, Cristo Jesús. Su oración obtiene la creación de los hombres. Son los ángeles de Cristo (Mt. MT., XIII, 41).

Nuestro deber de amarlos recíprocamente en Él se manifiesta cuando les invocamos a favor de los hombres que no conocen, todavía, a su salvador crucificado. Son nuestros prójimos más cercanos.

Cristo, dice el Catecismo de la Iglesia Católica (331), es el centro del mundo angélico, lo mismo que del mundo humano. Los ángeles están a todo lo largo de la historia de salvación y de nuestras vidas. Nos anuncian la Buena Nueva, la Encarnación y la Resurrección del hijo del hombre. Nos anuncian el juicio (Mt. XIII, 42-50) y nos preparan para él (Mt XXIV, 31-36).

Por tanto, no es sorprendente que la Iglesia haya aprobado, el 31 de mayo 2000 una “consagración de los santos ángeles”, confiada al Opus angelorum. Es un don de sí a personas definitivamente santas. Un don de sí encarnado en la gracia del bautismo.

La comunión con los ángeles culmina en la celebración de la liturgia. La Iglesia se junta a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo, Ella venera a los santos ángeles con un afecto particular. Solicita el auxilio de su intercesión, particularmente para pedir la paz entre los hombres.

Los santos y los hombres pecadores pertenecen, conjuntamente, a la única Iglesia. La comunión de la Iglesia la Iglesia engloba a los santos ángeles. Consagrándonos a ellos, queremos honrarlos y darles las gracias. Nos aliamos con ellos contra Satán y por la mayor gloria de Dios.

Los ángeles participan, dice santo Tomás de Aquino, en todo lo que es bueno para nosotros. Dios ha querido la diversidad de sus creaturas y su bondad propia, su interdependencia y su orden (Catecismo de la Iglesia católica, 350 y 353). Nuestra consagración a los ángeles significará nuestra consciencia de depender de ellos. Los ángeles, los santos ángeles no se revelan sino a los que los aman y los invocan. Es el caso de la Iglesia universal en sus liturgias.


Escrito por Bertrand de Margerie S.J.
Revista de escritores católicos (Francia)
Enero de 2003
Traducido del francés por José Gálvez Krüger
Colaborador de Cooperatores Veritatis
Fuente: ACI Prensa

Conociendo mejor el Purgatorio


El Espíritu anterior de las delicias reservadas a las almas del Purgatorio.

Leemos en los Anales de la Esperanza, publicados bajo la dirección del P. Blot: A los que practican el culto a los muertos, hay que enseñarles que el divino Paráclito o el consolador de la Iglesia militante, es también el consolador de la Iglesia sufriente. Los consuela, dice, a los que han pasado a las llamas expiatorias mediante la esperanza y la caridad que llevan en su alma; los consuela con la asistencia de sus Ángeles Guardianes, que les enseñan que la Iglesia militante ofrece a la justicia, para atemperar o acortar sus penas. Santa Catalina no teme decir que el alma justa termina de purificarse en en su prisión temporal a través “del incendio del amor divino más que por los ardores de un brasero material”. Dios atrae siempre y abrasa con el fuego de su amor al alma hasta haberla restablecido a su primera pureza. Y como no puede seguir esta atracción de Dios, cuya mínima demora le es le es tan penosa, como su ardiente deseo de ir hacia Él se encuentra impedido, siente entonces una pena que es propiamente la pena del Purgatorio. Está abrasada de tal manera del deseo de poseer a Dios y de ser transformada en Él, que es éste su principal Purgatorio. Pero este amor, que procede de Dios de Dios y que resurge tan fuertemente en esta alma, le causa un placer inconcebible, y es ésta última palabra y las líneas que la preceden lo que parece justificar el subtítulo de este libro: “Las delicias en los sufrimientos”; pero a lo largo de estas páginas no dejaremos de dejar bien establecido todo lo que hay de terrible en esas llamas devoradoras. Las llamas de la tierra son menos que una chispa, en comparación de este brasero de intensidad inimaginable.

Si hace falta presentar una autoridad mayor, tomaremos del pensamiento san Francisco de sales, el más dulce de los doctores, el verdadero sentimiento que debemos tener en nuestras meditaciones acerca del Purgatorio. Decía en sus escritos que nuestro pensamiento del Purgatorio debía ser mas consolador que aprehensivo. Se lamenta de que los que presentan al Purgatorio no hacen sino cargar las tintas en la descripción que las almas padecen, sin hablar del perfecto amor de Dios y de su unión a la divina voluntad , unión tan fuerte y tan invariable que no está en su poder e menor movimiento de impaciencia o de pena, ni querer otra cosa que aquello que le place a Dios, que experimentan. Los tormentos, es cierto, son tan grandes que los dolores más extremos de esta vida no pueden comparárseles; pero también las satisfacciones interiores son tales que no hay prosperidad ni contentamiento sobre la tierra que los pueda igualar, de tal suerte que bien sopesado todo, el estado de las almas en Purgatorio es más deseable que detestable, y la palabra del santo Doctor justifica la elección de nuestra divisa, como encabezado de este opúsculo: después de las dichas del cielo no hay mayores que las del Purgatorio. Santa Catalina dice que en el cielo hay más dicha.

El apóstol san Pablo en su admirable epístola a los Gálatas (V, 22 y 23) nos describe los frutos inefable del Espíritu Santo. La enumeración es de las más consoladoras; la primera es la caridad la segunda el gozo, la tercera la paz; ahora bien, ya en la tierra del exilio y valle de lágrimas el Espíritu santo procura a las almas estos tres primeros frutos, ¿cómo suponer que los retira a las almas sufrientes en el valle de la expiación después de la muerte?. La caridad es ya, aquí abajo, la fuente y el origen de otros frutos enumerados por el gran apóstol; la dicha del alma cristiana proviene de una conciencia pura y serena, despojada de las turbaciones del espíritu; la paz es el estado habitual del alma que vive en gracia de Dios; ahora bien, estos hermosos frutos del Espíritu santo no hacen sino aumentar en el alma liberada de la prisión de su cuerpo que ha recibido el perdón entero de sus faltas y que no le queda sino sufrir la pena debida a sus pecados borrados y perdonados.

A estos tres primeros frutos, san Pablo agrega otros cuatro que encontramos en las almas del Purgatorio: la paciencia, la benignidad, la bondad y la longanimidad; sí, la paciencia, porque el alma sufre con coraje y constancia las penas que sabe que ha merecido; la benignidad, benignitas, es la condescendencia afectuosa con los sufrimientos que sufre; la bondad: el alma, que está hecha a imagen de Dios no puede perder después de esta vida este rasgo de semejanza con un Dios Bueno. Finalmente, la longanimidad; sobre todo si sus sufrimientos deben ser prolongados, el alma tiene necesidad, más que nunca, de este fruto bendito del Espíritu Santo. Los cinco últimos frutos del Espíritu, son la mansedumbre, la fe, la modestia, la continencia y la castidad. La mansedumbre que forma un singular contraste con la rabia y la desesperación de los desgraciados condenados por la calma del dolor en lugar de las blasfemias vomitadas por el infierno. La fe, es decir la confianza inalterable en las promesas divinas de una felicidad inexpresable después de la expiación. La modestia sobre el rostro es la expresión de la belleza interior y del apaciguamiento de todo tumulto del alma. El alma que sufre es aún más bella que en estado de gracia de la que hablaba el cura de Ars. Si nos fuese dado verla, decía, la encontraríamos tan bella que estaríamos tentados de tomarla por una divinidad y de prosternarnos para adorarla. Finalmente la continencia y la castidad, esos hermosos frutos espirituales sobre la tierra, nos ponen a resguardo de las luchas intestinas y de los asaltos del demonio impuro. El alma ya no tiene que temer en lo absoluto, a este respecto, en los suplicios del Purgatorio. ¿No está permitido concluir que esos frutos del Espíritu Santo, bastante más abundantes en el Purgatorio que en la tierra, deben producir y hacer experimentar a esas castas esposas bien amadas y sufrientes algo de suave y de delicioso que no podemos expresar, porque no nos ha sido dado todavía, debido a nuestras imperfecciones espirituales, sentir una suerte de degustación anticipada en el fondo de nosotros mismos?

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1 Esprit de saint François de Sales, por Mons. Camus, Iª edición, 1641, volumen 6º, 16ª parte, 18ª sección

Escrito por Abate J. Cellier, Cura de Mirville
Traducido del francés por José Gálvez Krüger
Colaborador de Cooperatores Veritatis
Fuente: ACI Prensa

martes, 1 de julio de 2008

¿Filosofía o Ideología?

«Ideología es toda concepción que ofrezca una visión de los distintos aspectos de la vida, desde el ángulo de un grupo determinado de la sociedad. La ideología manifiesta las aspiraciones de ese grupo, llama a cierta solidaridad y combatividad y funda su legitimación en valores específicos. Toda ideología es parcial, ya que ningún grupo particular puede pretender identificar sus aspiraciones con las de la sociedad global» [1]. Las ideologías tienen la tendencia de absolutizar los intereses que defienden, transformándose en auténticas “religiones laicas”. Se presentan como «una explicación última y suficiente de todo y se construye así, un nuevo ídolo, del cual se acepta a veces, sin darse cuenta, el carácter totalitario y obligatorio» [2]. Las ideologías son fenómenos vitales con gran fuerza que logran impregnar con su carga de mensaje las realidades de aquellas personas que entran en contacto con éstas [3].

Ideología es una forma de filosofía social o política en que los elementos prácticos son tan prominentes como los teóricos; se trata de un sistema de ideas que aspira a explicar la totalidad del mundo y, en algunos casos, cambiarlo radicalmente, pues se encuentra imbuida en un “circuito cerrado”. El término ideologie surge en Francia en el siglo XVIII y es introducido por Destutt de Tracy quien afirmaba que la ciencia es el único camino de encontrar la verdad y proveer bienestar a la persona, pensamiento muy acorde con la mentalidad ilustrada de la época (Francis Bacon había sentado el antecedente el siglo anterior proponiendo a la ciencia como explicación de toda la realidad). La ideología por sus características intrínsecas reclama totalidad, necesita explicarlo todo. Muchas veces convertida en un proyecto de cambio al cargarse de fuerza social, se vuelve totalizante y exige totalitarismo, expresión política de su propia estructura. Necesitando un campo de acción tan amplio, las ideologías consumen la libertad del hombre, arrogándosela a sí misma, y, evidentemente, esto redunda en un proceso de secularización, al marginar todos aquellos elementos que no corresponden a ellas, el primero de los cuales es la fe, atacando directamente los valores espirituales de la sociedad.

Hasta este punto, he descrito muy sucintamente qué es y qué implica la ideología. Desarrollaré ahora los puntos principales que permitirán contrastar la realidad de una ideología con la de la filosofía. En primer lugar, la ideología es siempre parcial y tiende a absolutizar los “intereses que defiende”; por otro lado, ésta se presenta como explicación última y suficiente de todo, haciéndose totalitaria y obligatoria; y además, al ser totalizante, invade la libertad del hombre, mermando su dimensión espiritual (luego explicaré de manera más detenida este proceso). Hay un cuarto punto que es la proyección social que tienen las ideologías, que no desarrollaré, pero esta última es fruto de intereses de grupos determinados, mientras que la auténtica filosofía sólo sirve a la verdad. Y es precisamente este punto el eje transversal donde la filosofía puede dejar de serlo para convertirse en ideología: la filosofía no propone una parte de la verdad como “la Verdad”, sino que la busca con sinceridad e independencia.

Las ideologías defienden intereses y están cerradas sobre sí mismas, de modo que no puedan ser penetradas por ninguna influencia externa que pueda alterar sus conclusiones, muchas de las cuales son distorsionadas para que encajen en la ecuación. Hay dos problemas fundamentales aquí: el defender intereses creados, incluso en desmedro de la verdad, y, por otro lado, el absolutizar estas “seudo-verdades”, dándoles un carácter de inviolabilidad que ciertamente conduce a la incapacidad de salir del error cuando éste acontece. La filosofía es la ciencia que nos enseña a conocer con certeza, es decir, que se pueda decir por qué la cosa es lo que decimos que es. Se trata de conocer por las causas primeras o razones más elevadas, buscando los principios supremos que conciernen al orden natural. Lo que se busca conocer es todo lo que existe, y enriquecer así la inteligencia. Evidentemente no puede conocerse todo en todas sus causas, sino que en algunos principios (causas primeras) se encierra la naturaleza entera [4].

Las diferentes ideologías también suelen presentarse a sí mismas como la única explicación, “última y suficiente” de toda la realidad. Proponiéndose en esas condiciones, (de verdad exclusiva y total), la única opción es creer y seguir, “adherirse” a la ideología y a cada uno de sus preceptos, dado que, en principio, no habría otra posibilidad plausible. En cambio, la filosofía se reconoce como una ciencia que no puede conocer sino soluciones probables en bastantes puntos particulares. Este elemento “probable” es accidental a la ciencia como tal, sin embargo, el porqué más remoto, fundado en las causas primeras, aquello sobre lo que la razón no puede ir más allá, sobre eso precisamente versa la filosofía. Apoyándose en los hechos más simples y evidentes, parte de la experiencia cercana y desde allí se eleva a las causas y razones primeras [5]. Así, la filosofía no es totalitaria por su propia lógica interna y cerrada, sino por su objeto material (todos los seres) y por su objeto formal (las causas primeras). Y la filosofía tampoco se constituye a sí misma como obligatoria por presumir que posee conocimiento y explicaciones para cada cosa o por la autoridad misma de los principios que propugna (las ideologías establecen un circuito cerrado en el que la última verdad es, en realidad, que esta ideología se proponga como tal), sino porque se apoya en la evidencia que le procura la inteligencia. Sería largo tratar aquí la evidencia que la historia aporta para entender cómo, por un problema de método (entre algunos otros), la filosofía algunas veces ha caído en ideología [6]. Incluso, este problema de método implica en algunas ocasiones partir de algún a priori o de principios escogidos arbitrariamente: éstos, al no ser evidentes en sí mismos, requieren demostración, pero al excluir las primeras causas, deben hacerse saltos lógicos y otros artificios para mantener -al menos aparentemente- la coherencia. Un buen ejemplo de esto es San Agustín al relatar el motivo de su conversión a la fe cristiana. Afirma que le parecía que la doctrina católica mandaba creer con modestia y de ningún modo falazmente lo que no se demostraba, cuando las otras doctrinas prometían con arrogancia la ciencia, mientras que luego se obligaba a creer una infinidad de fábulas absurdísimas que no podían demostrar [7]. El gran problema de las ideologías es pretender la verdad excluyendo aquello que no sirve a sus fines, incurre en la hybris y luego, para encubrirla, deshonestidad. Pareciera que se cambia el papel mismo de la filosofía: de sabiduría y saber universal, se ha ido reduciendo progresivamente a una de las parcelas del saber humano -sin siquiera reconocer o aceptar esta degradación- y cual “razón instrumental” sirve ahora a los fines utilitaristas de los ideólogos y no a la verdad [8]. La filosofía recta siempre debe considerar cuál es su objeto formal y no desviarse del camino que le propone, pues estas causas primeras portan en sí mismas el rechazo a cualquier polarización exclusivista conducente al error, y el germen necesario de sinceridad intelectual, para enmendarse cuando es necesario.

Finalmente, expondré brevemente para introducir la tercera cuestión, cuál es el origen de las ideas. Extraemos nuestras ideas de nuestras sensaciones y de nuestras imágenes, de modo que ninguna cosa del objeto -en cuanto objeto de imagen o de sensación- pase a esas ideas. Así, las ideas permanecen en un plano superior al del objeto tomado en su individualidad -que es como lo conocemos a través de los sentidos- mediante una actividad de orden superior, que abstrae de los datos sensibles, “lo que la cosas es” al purificar los caracteres que constituyen la individualidad del objeto [9]. En resumen, nuestras ideas vienen de los sentidos (de las cosas mismas) mediante la actividad de una facultad espiritual, de orden superior, que rebasa los sentidos [10]. Al ser totalizantes, las ideologías reducen el espacio del hombre, lo delimitan exclusivamente a lo que la ideología propone, privándolo de mayores luces o fundamentos más esenciales y universales. El proceso del conocimiento es espiritual, por lo que requiere de esa dimensión elevada, superior, para poder darse. Las ideologías prescinden de esta dimensión, pues no es compatible con sus pretensiones holísticas, cerrando al hombre a tan esencial dimensión de su existencia y reduciendo el horizonte de la Verdad a alguna verdad parcial.


Rafael Fernández Concha

Colaborador de Cooperatores Veritatis

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[1] Puebla, 535.

[2] Pablo VI, Octogesima adveniens, 28.

[3] Ver Puebla, 536-537.

[4] Ver Jacques Maritain, Introducción a la filosofía, Club de Lectores, Buenos Aires 1967, pp. 82-86.

[5] Ver allí mismo, pp. 116-117.

[6] Ver Luis Fernando Figari, Aportes para una teología de la Reconciliación, Fondo Editorial, Lima 2000, pp. 133-145.

[7] Ver San Agustín, Confesiones, VI, 5, 7: CCL 27, 77-78.

[8] Ver Fides et Ratio, 47.

[9] Ver Jacques Maritain, ob. cit., pp. 144-147.

[10] Allí mismo, p. 149.

miércoles, 25 de junio de 2008

Iglesia Católica: ¿Empresa Humana?

"El llamado de los Apóstoles"
Doménico Ghirlandaio (1449-1494)
Capilla Sixtina - Vaticano

«No tengáis miedo a los que matan el cuerpo»
Mt. 10, 26-33


He hecho una pequeña meditación acerca del Evangelio del último Domingo, motivado también por la homilía del sacerdote que celebra la Misa a la que asisto.

Como deben saber, el Evangelio del domingo, como el del domingo anterior, es un fragmento del capítulo 10 del evangelio según San Mateo. Este capítulo es muy importante ya que se narra cómo el Señor Jesús llama a los doce Apóstoles [1] y los envía a anunciar el Evangelio.

Las palabras del sacerdote celebrante en ese momento de la homilía fueron como una exhortación (fuerte y amorosa), y es que nos dijo -haciendo referencia a Jesús- de una manera muy seria y directa: “Sin mí no podrán hacer nada”. Algo que se entendía en cada comparación que hacía del Evangelio con la vida del cristiano de hoy; Algo queda a conclusión nuestra, pero que en este caso el sacerdote saca a la luz para que podamos comprenderlo de una manera más clara.

Podríamos inferir que el Señor Jesús les dice a sus apóstoles: "Sin mí, ustedes no podrán hacer nada", palabras muy fuertes para aquellos que han sido llamados a tan grande misión.

"Sin mí, ustedes no podrán hacer nada", Jesús le dijo eso a sus apóstoles hace casi 2000 años, y nos lo repite ahora, en el 2008, a todos nosotros [2].

Es muy duro escuchar estas palabras, sobretodo ante nuestra experiencia de trascender, de llegar más allá, de ser infinitamente felices que se contrastan con nuestras limitaciones, a pesar de todos estos profundos anhelos.

Estas palabras también se contrastan con un mal actual, que se difunde de una manera impresionante a través de los medios de comunicación: La soberbia, manifestadas en la autoeficacia y superación personal, entre otros "valores". Esta soberbia, al contrastarse de igual manera con la experiencia de ser limitados genera en el hombre actual frustración, tristeza, entre otros males. No es extraño ver como muchos millonarios terminan suicidándose en un ataque de depresión (a pesar de que un millonario es una persona que podría tener todo lo que quisiera).

Ante todo esto viene la pregunta de si la Iglesia Católica es una empresa humana, es decir, si la Iglesia se mantiene en pie gracias a nuestros propios esfuerzos.

Sobre este tema podemos mencionar a un monje del siglo V llamado Pelagio [3], que comenzó a predicar que es posible hacer el bien y vivir íntegramente los valores humanos que dignifican a la persona apoyándose en la libertad (que era la gran fuerza que Dios había dado al ser humano), y que con eso bastaba. Para él no existe una gracia de Dios que obre en el interior de la voluntad humana para ayudarla a plegarse a la Voluntad de Dios, a reconocer el Bien y a tener fuerza para seguirla.

Esto implica caer en una herejía, ya que está en contra de la doctrina de la Iglesia Católica, aunque es el argumento del soberbio. Pero hay que reconocer que la Iglesia se ha mantenido a lo largo de la historia, en estos 2000 años, ni ha muerto como otras organizaciones, doctrinas o imperios que con el paso del tiempo han caducado; todo esto por la Gracia que Dios derrama sobre nosotros siempre.

Porque la Iglesia es Divina, porque fue fundada por Jesucristo, y es santificada por el Espíritu Santo, este poder divino hace de esta "empresa" trascienda a lo largo del tiempo y no caiga -como otras-. Además de esto la Iglesia es humana [4], compuesta por hombres, que tenemos anhelos de trascender, de llegar lejos, pero somos limitados y a veces débiles, pero a pesar de esto tenemos la Gracia que nos da fuerza, y podemos decir como el Apóstol de los gentiles: «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» [5].

La Iglesia somos TODOS, no se limita al Papa, a los obispos ni a los sacerdotes, más bien somos todos los bautizados, y todos somos miembros importantes, por lo que cualquier cosa que hagamos beneficiará o afectará a la Iglesia.

Por eso hay algunos aspectos en los que hay que tomar conciencia, para ver cuánto es que en verdad ponemos nuestra confianza en Dios, y cooperamos con su gracia para avanzar en nuestra vida cristiana:
  • La Oración: ¿Que tan intensamente rezamos todos los días? ¿Nos encontramos diariamente con Jesús en el Santísimo Sacramento? ¿Tenemos momentos fuertes de oración en el día, en los que se nutre nuestro quehacer diario?
  • Frecuencia de Sacramentos: ¿Vamos sin falta los Domingos a la Santa Misa? ¿Acudimos con frecuencia al Sacramento de la Reconciliación? ¿Nos preparamos debidamente para recibir a Jesús Sacramentado, sobretodo los Domingos, y si puedo el resto de la semana?
  • Rectitud de Intenciones: Esto se refiere a por qué hacemos nuestras actividades espirituales o cristianas, ¿Por amor a Dios? ¿O por cumplir una serie de "exigencias" del cristiano?
Creo que esta reflexión nos puede ayudar a ser cada día más fieles a la Iglesia Católica y recordar que no somos superhombres, sino que estamos llamados a cooperar con la Gracia de Dios para alcanzar la felicidad que tanto anhelamos.

Recemos incansablemente por nuestra Iglesia, por la fidelidad de cada uno de sus miembros, en especial por nuestro Santo Padre Benedicto XVI.

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[1] Cabe recordar que la palabra Apóstol viene de la palabra griega ἀπόστολος: "enviado". Enviados por Cristo.
[2] Es importante recalcar: Jesús no dice literalmente esto en el Evangelio del Domingo, pero como les expliqué más arriba se puede inferir -no suponer- que esto nos dice el Señor Jesús a través de estas palabras, para poder ayudar a esta reflexión.
[3] Pelagio negaba la existencia del pecado original, falta que habría afectado sólo a Adán, por tanto la humanidad nacía libre de culpa y una de las funciones del bautismo, limpiar ese supuesto pecado, quedaba así sin sentido.
[4] Ver
CEC 771
[5] Ver
Flp. 4, 13

martes, 24 de junio de 2008

Ser Pescadores de Hombres

Revisando hace tiempo un blog encontré un video del cual había escuchado hace tiempo, es un video vocacional creado por la Conferencia Episcopal de Norteamérica. Me fue muy grato encontrarlo ya que me recordó algunas conversaciones con algunos amigos.

Como ya les comenté yo estudio Psicología, la verdad no siempre quise ser psicólogo, en mi infancia y casi toda mi adolescencia quise ser Ingeniero de Sistemas -mi papá y sus cuatro hermanos son ingenieros, por eso de niño yo tb quería ser uno-, luego de una "búsqueda vocacional" (en tanto profesión) me decidí por Psicología. Bueno, conversando con un amigo -bastante mayor que yo- me comentó también sus inquietudes vocacionales cuando era más joven y cómo las resolvió, él me dijo que de joven quería ser arquitecto, pero después descubrió que Dios lo llamaba a ser "Arquitecto de Almas", y decidió ser religioso.

Este ser "arquitecto de almas" es una forma muy interesante de vivir la vocación apostólica a la que nos llama Dios, pienso que puede llegar a ser una analogía actual de lo que nos pide siempre el Señor Jesús: Ser Pescadores de Hombres.

Es una invitación magnífica, ¿no creen? Después de un tiempo este mismo amigo me dijo que yo todavía podía ser un "Ingeniero de Almas", desde mi carrera, siguiendo con esta analogía del llamado de toda persona en este mundo, que se hace concreta de distintas maneras: La Vida Religiosa, El Matrimonio o el Sacerdocio. Particularmente este video es un llamado a ser Pescadores de Hombres desde la vida Sacerdotal. Está en dividido en dos partes:





Espero que les guste el video tanto como a mi me gustó. Desde ahora le pido a todos ustedes que recen para que en el mundo más gente quiera responder al llamado de Dios de ser Sacerdotes del Señor, para beneficio de toda la Iglesia.

viernes, 20 de junio de 2008

Desmantelada iniciativa pro-aborto en el Perú

El director para América Latina del Population Research Institute (PRI), Carlos Polo nos sorprendió nuevamente con el "desmantelamiento" de una iniciativa de una red abortista internacional que venía de la mano de la cineasta Eve Reinhardt, ésta iniciativa era un "proyecto multimedia" que buscaba exponer una posición "imparcial" del aborto pero, como lo demuestra el video, tenía una intención totalmente contraria a lo que la cineasta argumentaba. La intención de Eve Reinhardt era entrevistar a obispos y personalidades del Perú, que estén a favor de la vida, para su "proyecto multimedia" PRO-ABORTO diciendo a los entrevistados que querían hacer este proyecto con una posición imparcial. Ademas hay que agregar que el proyecto tenía una página web (http://www.thedecencygap.org), que hasta la salida del reportaje fue borrado, pero no contaban con la caché de google, el cual registra versiones anteriores de las páginas de los usuarios, el proyecto se llamaba "The decency Gap", es decir "La brecha de la decencia" pero matar niños inocentes no es decente. Bueno, acá les dejo con el video y si saben un poco de inglés con el enlace a la parte que no está visible, solo dale click aquí, también podrás ver que Eve Reinhardt está involucrada con organizaciones radicales pro-aborto internacionales y nacionales como "PromSex", su correo electrónico es el del contacto de la página.


Si desean ingresar a leer la noticia, pueden hacerlo a través de este enlace:

http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=21633

martes, 17 de junio de 2008

Todos podemos... es cuestión de que te levantes

En estos días meditaba acerca de que tan capaces somos de realizar las metas que nos proponemos. Muchas veces la acedia, que es la desazón ante algo y que se manifiesta en la pereza y el desgano, hace que nuestros objetivos se vean truncados a lo largo de nuestro caminar; es más, muchas veces somos nosotros los que permitimos que esa desazón se manifieste en nuestra actividad cotidiana. Cuantas veces esa desazón, desgano y sobre todo esa pérdida del sentido de lo que hacemos lo reflejamos a los demás. Incluso dentro de esa perdida de sentido se entremezcla con nuestros problemas personales y hacen de nuestra vida una carga que nos impide avanzar. Pero resulta algo extraño, ante todo lo que nos pueda pasar, en la mayoría de los casos somos nosotros los que nos permitimos semejante maltrato.

Evidentemente recobrar el sentido de lo que hacemos no lo podemos hacer solos, siempre necesitamos de alguien quien nos lo recuerde y que nos anime a seguir en la lucha de la vida, siempre hay alguien que te ama y te dice lo importante que eres y que tienes aún mucho por hacer. ¿Acaso nunca te ha pasado que cuando te sentías solo aparece una persona que te hace recordar el sentido por el cual estás en este mundo? Yo creo que sí, y nos pasa siempre y nos seguirá pasando. Pero ante todo ello tiene que quedar en claro lo siguiente: La única Persona que es capaz de darnos el sentido de nuestra vida es Dios. No hay nadie más en este mundo que lo pueda hacer. Él nos conoce perfectamente, y por el solo hecho de conocernos sabe de qué estamos hechos y sabe qué cosa es lo que nos hará feliz, sabe qué es lo que tenemos que hacer para ser felices. Estas personas que nos ayudan a ver de nuevo el horizonte son personas que por medio de ellos Dios nos habla.

La desesperanza, que siempre está al acecho del hombre, es uno de los principales enemigos que debemos combatir. Muchas desgracias pasarán en nuestra vida y en la de las demás personas. Pero solo tú seras capaz de cambiar esa situación si te apoyas en los brazos de Dios. Muchos tendrán problemas de diferente índole, ya sea mental o físico, y nosotros al tratar de vivir la caridad con ellos, ellos también nos ayudan a aumentar la Esperanza de que es el Señor el que nos ama y quiere la Felicidad para nosotros.

Dejemos el egoísmo de encerrarnos en nuestro mundo y salgamos afuera a transformar el mundo siempre contando con la Gracia de Dios. El nos ha llamado a anunciar el Evangelio a tiempo y a destiempo; es más, el Señor conociendo nuestras propias limitaciones nos llama a compartir la buena nueva con las demás personas. CONFÍA!!! el Señor te Ama y te invita a seguir en la lucha, nos invita a seguir en esta Aventura Fascinante!!
Todos podemos... es cuestión de que te levantes!

Miren este video y díganme si es que no les da Esperanza de seguir luchando, ÁNIMO!!


viernes, 13 de junio de 2008

El hombre en la actualidad

Hablar sobre el hombre o mejor dicho sobre el ser humano no nos resulta sencillo, en especial cuando existen diversas aproximaciones al respecto: desde el aspecto científico natural hasta el filosófico, pasando por el sociológico, histórico, psicológico y antropológico. Y es que en la edad moderna, el hombre al querer buscar una respuesta sobre sí mismo recurrió al aspecto científico; pero cabe resaltar que no toda interpretación fue buena ni completa, es decir, no se llegó a responder del todo sobre la realidad del hombre.

Pues bien, antes de hacer un análisis de cómo está el hombre en la actualidad, es necesario responder una pregunta fundamental ¿Qué es el hombre? El hombre es un ser trascendente, un ser teologal (que tiende hacia Dios y busca a Dios), una unidad integral bio-psico-espiritual, que está en la capacidad de amar y ser amado. Es un ser con dinamismos fundamentales de querer permanecer y desplegarnos. No es un animal "racional"como varios científicos propusieron y aún proponen. Hablar del hombre como un animal implicaría varias connotaciones: 1) no hay una conciencia moral, solo actúan por instinto; 2) no hay un sentido de la existencia, solo se vive por vivir, es decir es un ser, simple y llanamente, contextualizante y sin un horizonte a futuro; 3) el animal no busca la Felicidad, sólo busca el bienestar; bienestar que sólo responde a sus estímulos biológicos y afectivos, pero no a una conciencia ni a un experimentarse en la necesidad de encontrar esa felicidad (entendemos por felicidad no a sensaciones pasajeras ni puro "Confort", sino a un deseo natural que todo ser humano posee y que no tiene límites, una Felicidad que no acaba, una felicidad trascendente).

Hablando más sobre el hombre, siguiendo la aproximacion de un ser meramente racional, se llega también a la definición del ser humano como un "Homo economicus". Esta interpretación, basada en una aproximación sobre teoría económica, nos formula de que el hombre sólo reacciona frente a estímulos económicos, es decir, que desde el sistema filosófico marxista de la materialización del hombre como un ser puramente racional, se llega a la conclusión de que el hombre es capaz de "maximizar" sus opciones, es un hombre egoísta y racional en sus decisiones. ¿Qué concluimos al respecto? que el hombre es un ser fríamente calculador e incapaz de vivir la vida en común, convirtiéndose en un ser individualista y sólo buscador de sus propios fines.

En el campo de la Filosofía el hombre ha sido objeto de diferentes interpretaciones, lo cual también se llega a lo mismo: de hombre trascendente a hombre puramente racional. No quiero explayarme sobre este aspecto, tan sólo mencionar de cómo en este campo "humanista" se ha llegado a negar la existencia del hombre cómo tal, concluyendo que la vida en sí misma no existe, tan sólo es ficción, lo cual implicaría que el hombre también es parte de esta ficción (secuela de la llamada postmodernidad).

Esta postmodernidad, que nace de una crítica a la llamada modernidad, nos plantea que todo lo que el hombre inventó, creó, perfeccionó, en todo el proceso que va desde el siglo XV hasta inicios del XX, fue de alguna manera nefasto para sí mismo, en el sentido de que no le trajo el "progreso" que anhelaba. Cabría preguntarnos ¿qué significó este progreso o cómo lo entendieron los pensadores o científicos a lo largo de los años? aunque de una manera más concreta podríamos preguntarnos: lo que hizo a lo largo de estos años ¿ha llevado al hombre a la felicidad? Son cuestionamientos que se podría formular al hacer una retrospectiva a la historia del hombre en los últimos cien años. Un ejemplo de ello son las dos grandes guerras mundiales, que llevó a la muerte a millones de personas víctimas de las luchas políticas por inspiraciones ideológicas de algunos hombres que tenía un poder político o militar (nazismo, comunismo). Dentro de ese mismo período se puede hablar también de una racionalización de lo irracionable mencionando a modo de ejemplo el Holocausto propiciado por los nazis contra los judíos (el más conocido: Auschwitz).

Siguiendo el análisis histórico vemos que tanto los avances científicos como los tecnológicos (que de alguna manera muchos son buenos en sí mismos) han terminado por ser manipulados, bajo sistemas totalitaristas para demostrar su poderío armamentista y marcar un dominio político, un ejemplo de ello puede ser la carrera armamentista durante la llamada "guerra fría" entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el cual, se propagó la idea de una guerra nuclear entre ambos países generando un temor generalizado en todo el mundo. Se originó un despilfarro económico con la creación de armas de la más alta tecnología demostrando una vez más que para lo importante y urgente (como la pobreza, el hambre, la disminución de la tasa de mortalidad en los países más abandonados) aún se puede esperar. Sin ir muy lejos, podemos verlo ahora en las guerras del medio oriente, que llegan al absurdo de pelear por una razón justa, sino cayendo en puros intereses políticos y económicos. En el campo de la medicina o seudomedicina ha dado por sentado legalizaciones como el aborto, eutanasia y le eugenesia.

Es por ello que haciendo una mirada a la actualidad, el hombre se encuentra totalmente desorientado, no es capáz de distinguir lo que es bueno y lo que es malo; su base moral está corrompida por el pecado distorsionando su realidad y haciendo incapáz de discernir por lo mejor. Además el hombre actual se encuentra totalmente escéptico sobre su futuro, no sabe a dónde ir, no sabe de dónde viene, no le encuentra un sentido a la vida, en otras palabras: está totalmente "insatisfecho". Se da cuenta que ningún sistema político, ideológico, ni filósofico le llenan ese deseo de encontrar un sentido a la vida. Ya Nietzsche proponía a fines del siglo XIX un nihilismo (nihil: sin nada); es decir un sin sentido en la vida. Este nihilismo esta propagado en la actualidad de dos formas: una explícita y otra implícita, haciendo la vida del hombre totalmente absurda.

El pensamiento débil, muy de moda en los últimos años (a pesar de que ya se está dejando de lado en las discusiones filosóficas) acentuó mucho más ese relativismo planteado desde el siglo de la Ilustración. De ser así todo esto, entonces ¿Para qué existimos? ¿Qué sentido tiene nuestra vida? ¿Es que acaso no existe ese deseo profundo de realizarnos? El relativismo que se ve actualmente hace que el hombre se confunda profundamente ante la realidad, ¿si es que la realidad existe para ellos?, y se incerta en un profundo abismo que no es capaz de salir. Es por eso que el hombre cada vez se encuentra más light, y tal como dice el psicologo español Enrique Rojas: "El hombre light carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz, aún teniendo materialmente todo (superficial, indiferente, permisivo)"

Ante este panorama sólo hay una respuesta: Existimos por Dios y para Dios. La Felicidad que tanto anhelamos desde los más profundo de nuestro ser, solo podrá ser respondida en la medida en que nos atrevamos a abrir nuestro corazón y dejar de que Él nos ilumine. Nuestro corazón clama a gritos al Señor, no es una casualidad de que nuestro ser sea totalmente trascendente, de que seamos seres integrales: bio-psico-espiritual. ES-PI-RI-TU-AL... entendemos lo que significa eso? Nuestro ser más profundo quiere encontrarse con Dios, con aquel que nos ha creado. Si nuestro anhelo es infinito: ¿qué es lo que existe en este mundo que sea Infinito?

No tengamos miedo en apostar por ÉL. Cristo es capáz de darnos una respuesta a nuestros anhelos más profundos. Él ya vencio a la muerte, la derrotó al pecado y eso es lo que vino a enseñarnos aqui en este mundo, sino ¿para qué vino?. Ninguna otra filosofía que niega la existencia de Dios, ningun sistema político ni económico podrá llenar ese anhelo de ser Felices plenamente, estamos hechos para la eternidad, para trascender, no para permanecer sólo en este mundo. Abre tu corazón y escúchalo. No busques en otro lado, primero búscalo en tu corazón, toma el ejemplo de San Agustin pues él buscó por diversas filosofías y nunca lo encontró hasta que se dio cuenta de que el Señor estaba dentro de él, sólo es cuestion de hacer silencio y escuchar. Nos esperes un camino más. ¿Te atreves a buscarlo?

jueves, 12 de junio de 2008

No estás deprimido, estás distraído...

Hace mucho tiempo, aproximadamente año y medio vi este video, realmente fue un marco en mi vida, fue en parte los parámetros que tome poco a poco. Cuando asumes nuevos términos en tu vida, llegas en algún momento a ver eso de manera natural y te olvidas de la fuente de donde lo tomaste.

Hace unos días mi hermano me lo volvió a recordar y bueno, me entrego el video, sentí mucha alegría porque lo vi de nuevo, ya no me acordaba de las imágenes ni de las palabras, pero si de alguna manera su mensaje quedo grabado en mi.

Creo que el punto principal para no enojarse o sentirte con algún resentimiento propio, es eso, no pensar en uno mismo y pensar en los demás, vivir de manera especial a la naturaleza (aunque Lima no ayude, jajaja) y recordar lo que alguna vez alguien muy grande dijo.. "si tu problema tiene solución, ¿de que te preocupas?, y si no tiene solución tu problema, ¿de que te preocupas?"

Lo único que podrías vivir de manera propia son las necesidades de otros para que entiendas de alguna manera que tienes que ayudar y que tú no eres el único que sufres...

Iba a poner un buen proyecto para este video, pero creo que por sí solo dice mucho...

Cuando te sientas solo(a), piensa en DIOS y en su Amor, verás que nunca nos abandonan!!!

jueves, 5 de junio de 2008

Fenómenos Acústicos en ayuda de la Iglesia Antigua...




Ahora les quiero hablar de algo relacionado conmigo y también muy importantes para todos, trata de dos principios fundamentales del sonido, LA RESONANCIA Y LA REVERBERACIÓN.

La "resonancia", ¿Qué es?... El término resonancia se refiere al índice vibratorio de un objeto, osea es la manera en la que la onda (audible o no) hace que las cosas vibren en mayor proporción de lo normal, pero no todas las cosas vibran con la misma frecuencia, no es así, cada materia en este planeta tiene lo que se le denomina "frecuencia de resonancia", la tienen todo los cuerpos o materia física del planeta (una casa, un vaso, el cuerpo humano y sus órganos, el agua en un recipiente, los sentidos del hombre, etc.).

Para entender esto mejor daré unos ejemplos pequeñitos...

A una tropa de soldados se les pide siempre que rompan filas y crucen libres un puente porque la marcha en la que estaban podría coincidir con la frecuencia de resonancia del puente y este se podría caer, otro ejemplo es que algunas cantantes sopranos rompen vasos con sólo entonar una nota a gran intensidad, siempre y cuando esta nota también coincida con la frec. del vaso, la música clásica tiende a descansarnos ya que suele agarrar tempos que se parecen al del corazón, por lo tanto este bombea mejor y por consiguiente circula mas sangre y esto tiende a relajarnos, estos fueron algunos ejemplos.... ya entendido lo que es la resonancia... proseguiremos.

Mientras un cuerpo, objeto o materia sea mas pequeño, la frec. de resonancia es más alta ya que la vibración es mas rápida.

La reverberación es (según wikipedia) "....La reverberación es un fenómeno derivado de la reflexión del sonido consistente en una ligera prolongación del sonido una vez que se ha extinguido el original, debido a las ondas reflejadas. Estas ondas reflejadas sufrirán un retardo no superior a 100 milisegundos, que es el valor de la persistencia acústica, tiempo que corresponde a una distancia recorrida de 34 metros a la velocidad del sonido (el camino de ida y vuelta a una pared situada a 17 metros de distancia). Cuando el retardo es mayor ya no hablamos de reverberación, sino de eco.En un recinto pequeño la reverberación puede resultar inapreciable, pero cuanto mayor es el recinto, mejor percibe el oído este retardo o ligera prolongación del sonido. Para determinar cómo es la reverberación en un determinado recinto se utiliza una serie de parámetros físicos, uno de ellos es conocido como tiempo de reverberación...".

Para hacerlo mas entendible se los haré con unos ejemplos como siempre.... ¿Una guitarra sonaría igual dentro de un carro que en una Iglesia?, ¿En su patio?, ¿En la sala?, no pues porque la reverberación depende del recinto donde se está y del materia con el que se hizo..... el ECO de la voz es producto de el efecto de reverberación, ya que la voz recorre una gran distancia para chocar en algo y regresar al oído, por tal motivo demoramos en escucharla.

Ahora relacionando a un punto súper interesante.... antiguamente no habían micrófonos ni ningún aparato eléctrico que ayudara al sacerdote a amplificar su voz, o a su coro o a su instrumento para que todas las personas que asistían (que eran muchas) pudieran escuchar la palabra de Dios, ¿Cómo hacía el sacerdote todo esto sin gritar? sencillamente manipulando de manera natural los dos fenómenos anteriores....

Las iglesias se construían cuidando dos aspectos básicos, la acústica y el ornamento. En lo que es acústica, sabemos que las iglesias en su mayoría tienen cúpulas en los techos, eso hace que los sonidos choquen allí y al rebotar lo hagan diseccionándose a un solo punto por lo tanto hace que su intensidad aumente, también en estas grandes edificaciones se dejaban grandes pasadizos por los cuales también funcionaban como resonadores de el mismo templo y así también servía para el objetivo final.

En las iglesias antiguamente el presbítero trataba de celebrar la misa a una sola nota concordante con la del templo para que este "resuene" y la intensidad de la voz aumentara considerablemente, lo hacían para que la reverberación no dificulte la intangibilidad de las palabras.

Los espacios donde iban las campanas eran compartimientos independientes con respecto a la iglesia ya que estaban construidas también para el mismo objetivo, además su diseño (de la campana) tiene forma de pera "ahuecada" de la manera en que ese pequeño compartimiento resuene y la boca de la campana haga de adaptador de impedancia, y se ponían en las partes altas de las iglesias para que así puedan recorrer mayores cantidades de distancias sin ser interrumpidas ya que están producían fortísimos sonidos.
Los órganos de las iglesias en cada una de sus teclas, había conectado un tubo metálico hueco de grandes dimensiones, cada vez que se presionaba una tecla, el sonido hacia resonar el tubo, por lo tanto este amplificaba el sonido y le agregaba sus armónicos, esto le daba una característica peculiar al sonido del órgano.

Yo también me quiero presentar, soy estudiante de ingeniería de sonidos y mi punto en este blog es dar conocimiento de DIOS mismo, también es dar datos sobre temas relacionados a acústica, fenómenos acústicos y el sonido en sí, también aveces tocaré temas de reflexión y conversión.

Creo que seremos como una revista de muchos temas pero con un solo propósito... ¡LA VERDAD!.

miércoles, 4 de junio de 2008

La Verdad en la Historia


Dentro del campo de las ciencias humanas, hay un tema que interesa a todo académico: la búsqueda de la verdad. Ello lo podemos constatar si hacemos una relación de nombres de historiadores, filósofos, antropólogos, sociólogos y cualquier investigador de la ciencia que exista o existió. Tanto en la antigüedad como en el presente, esa inquietud por buscar la verdad esta muy presente en todos los seres humanos. Los filósofos griegos como Aristóteles, Platón y Sócrates (el más representativo dentro de todos los antiguos) no se cansaban en recalcar la búsqueda de la verdad; el mismo Heródoto, el padre de la Historia, mediante su método de juntar información sobre hechos inmediatos, tenia una noción de una búsqueda de la verdad de las cosas. En la edad media, y muchas veces reducida a una época oscura y supersticiosa, también se incentivó a una búsqueda de la verdad, pero verdad que estaba sustentada con la Verdad de Cristo. Ya en el renacimiento, y con su exaltación al hombre y a los escritos antiguos, también buscaban una verdad, pero que dicha verdad iba desligado de la base fundamental del hombre: Dios. Este paso de la emancipación del hombre hacia Dios conllevó a una nueva época, el de la Ilustración o "siglo de las luces" para algunos. Esta época, en la cual desarrolló más intensamente el aspecto científico, buscó encontrar una respuesta a la verdad desde una perspectiva puramente racional renunciando así a la providencia (como en la edad media). Tanto Petrarca como Descartes buscaron encontrar una respuesta a espaldas de la Verdad misma, encontrando una verdad alternativa: el "Hombre". Ya avanzado la Ilustración y su culminación en la revolución francesa, trajo nuevas formas de investigación sobre la verdad. Pero hay una diferencia, ésta es la época en que nace el relativismo y la verdad fue cuestionada y muchas veces negada. Con la llegada del positivismo, mediados del siglo XIX, y con su acento a conocer la verdad mediante las ciencias exactas, comenzó a buscar la verdad mediante la investigación cientifica.

A estas alturas cabe una reflexión: No existe ser viviente que no tenga ese hambre de búsqueda, de encontrar una respuesta a los grandes cuestionamientos fundamentales: ¿Quien soy? ¿De donde vengo? A pesar de que en la actualidad la verdad esta cada vez más cuestionada, en el sentido de que ya no existe una única verdad sino "verdades", hablar de la verdad sigue siendo un tema crucial dentro de toda investigación. Por ello, hablar de una búsqueda de la verdad dentro de la historia estamos hablando de una búsqueda de objetividad dentro de la misma.

Más allá del debate sobre si la historia es objetiva o subjetiva, que nace específicamente en la Escuela de los Annales en Francia a principios del siglo XX, creo que es bueno mencionar que, tanto los que buscan lo primero como lo segundo, están buscando de todos modos una objetividad, esto es, una verdad. Pero ¿De qué verdad estamos hablando? Simple y llanamente de la realidad de las cosas; pero dentro de la historia ¿Es posible tal verdad? ¿Es posible llegar a una objetividad absoluta? Responder a tales cuestionamientos no es sencillo, pero hay una clave: la investigación histórica no es sencilla, ello implica buscar información, datos, fuentes confiables, sumergirse en los archivos y cuanto más lejano es lo que se quiere investigar más complejo es, debido a que se tiene que entender la mentalidad de la época, saber el contexto histórico con todo y el proceso que ello conllevó; pero a pesar de lo complejo que puede ser tal camino, existe la Verdad del historiador. El investigador de la historia tiene que ser honesto y buscar ser objetivo, buscar ser real y veraz ante las conclusiones que pueda sacar ante una investigación, es decir, tiene que vivir la verdad.

Las respuesta del historiador, tiene que ser veraz; no puede dejarse llegar por subjetivismos ligados a sistemas ideologicos, como lo fue el marxismo en los 70 y 80's, que lo unico que hacen es reprimir al hombre y negandole su libertad y cegar a la persona sin ir más allá de lo terrenal. Pues el hombre es un ser trascendente, que busca una respuesta a sus cuestionamientos, y esa búsqueda de la verdad esta ligada a encontrar la Felicidad que tanto anhela; si no ¿Para qué buscamos la verdad? ¿Simplemente, por saber de donde venimos? ¿Por pura curiosidad? o porque en el fondo queremos y creemos que encontrandola encontramos una felicidad.

Es pues necesario hacer una revisión del papel de la historia en este tiempo en el cual los cambios son cada vez más constantes y rápidos, pero esta revisión pasa por preguntarnos qué papel tiene el historiador en el presente. La respuesta es clara: buscar la verdad con la Verdad.

Al igual que todos mis demás amigos, yo también me quiero presentar, yo estudio Historia y el papel que yo tengo en el blog es interpretar la historia desde la concepción cristiana de la vida.