"¡Testimoniad la fe a través del mundo digital! ¡Emplead esas nuevas tecnologías para dar a conocer el Evangelio de modo que la Buena Nueva del amor infinito de Dios por todos resuene de maneras diferentes en nuestro mundo cada vez más tecnológico!".
Benedicto XVI

viernes, 13 de junio de 2008

El hombre en la actualidad

Hablar sobre el hombre o mejor dicho sobre el ser humano no nos resulta sencillo, en especial cuando existen diversas aproximaciones al respecto: desde el aspecto científico natural hasta el filosófico, pasando por el sociológico, histórico, psicológico y antropológico. Y es que en la edad moderna, el hombre al querer buscar una respuesta sobre sí mismo recurrió al aspecto científico; pero cabe resaltar que no toda interpretación fue buena ni completa, es decir, no se llegó a responder del todo sobre la realidad del hombre.

Pues bien, antes de hacer un análisis de cómo está el hombre en la actualidad, es necesario responder una pregunta fundamental ¿Qué es el hombre? El hombre es un ser trascendente, un ser teologal (que tiende hacia Dios y busca a Dios), una unidad integral bio-psico-espiritual, que está en la capacidad de amar y ser amado. Es un ser con dinamismos fundamentales de querer permanecer y desplegarnos. No es un animal "racional"como varios científicos propusieron y aún proponen. Hablar del hombre como un animal implicaría varias connotaciones: 1) no hay una conciencia moral, solo actúan por instinto; 2) no hay un sentido de la existencia, solo se vive por vivir, es decir es un ser, simple y llanamente, contextualizante y sin un horizonte a futuro; 3) el animal no busca la Felicidad, sólo busca el bienestar; bienestar que sólo responde a sus estímulos biológicos y afectivos, pero no a una conciencia ni a un experimentarse en la necesidad de encontrar esa felicidad (entendemos por felicidad no a sensaciones pasajeras ni puro "Confort", sino a un deseo natural que todo ser humano posee y que no tiene límites, una Felicidad que no acaba, una felicidad trascendente).

Hablando más sobre el hombre, siguiendo la aproximacion de un ser meramente racional, se llega también a la definición del ser humano como un "Homo economicus". Esta interpretación, basada en una aproximación sobre teoría económica, nos formula de que el hombre sólo reacciona frente a estímulos económicos, es decir, que desde el sistema filosófico marxista de la materialización del hombre como un ser puramente racional, se llega a la conclusión de que el hombre es capaz de "maximizar" sus opciones, es un hombre egoísta y racional en sus decisiones. ¿Qué concluimos al respecto? que el hombre es un ser fríamente calculador e incapaz de vivir la vida en común, convirtiéndose en un ser individualista y sólo buscador de sus propios fines.

En el campo de la Filosofía el hombre ha sido objeto de diferentes interpretaciones, lo cual también se llega a lo mismo: de hombre trascendente a hombre puramente racional. No quiero explayarme sobre este aspecto, tan sólo mencionar de cómo en este campo "humanista" se ha llegado a negar la existencia del hombre cómo tal, concluyendo que la vida en sí misma no existe, tan sólo es ficción, lo cual implicaría que el hombre también es parte de esta ficción (secuela de la llamada postmodernidad).

Esta postmodernidad, que nace de una crítica a la llamada modernidad, nos plantea que todo lo que el hombre inventó, creó, perfeccionó, en todo el proceso que va desde el siglo XV hasta inicios del XX, fue de alguna manera nefasto para sí mismo, en el sentido de que no le trajo el "progreso" que anhelaba. Cabría preguntarnos ¿qué significó este progreso o cómo lo entendieron los pensadores o científicos a lo largo de los años? aunque de una manera más concreta podríamos preguntarnos: lo que hizo a lo largo de estos años ¿ha llevado al hombre a la felicidad? Son cuestionamientos que se podría formular al hacer una retrospectiva a la historia del hombre en los últimos cien años. Un ejemplo de ello son las dos grandes guerras mundiales, que llevó a la muerte a millones de personas víctimas de las luchas políticas por inspiraciones ideológicas de algunos hombres que tenía un poder político o militar (nazismo, comunismo). Dentro de ese mismo período se puede hablar también de una racionalización de lo irracionable mencionando a modo de ejemplo el Holocausto propiciado por los nazis contra los judíos (el más conocido: Auschwitz).

Siguiendo el análisis histórico vemos que tanto los avances científicos como los tecnológicos (que de alguna manera muchos son buenos en sí mismos) han terminado por ser manipulados, bajo sistemas totalitaristas para demostrar su poderío armamentista y marcar un dominio político, un ejemplo de ello puede ser la carrera armamentista durante la llamada "guerra fría" entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el cual, se propagó la idea de una guerra nuclear entre ambos países generando un temor generalizado en todo el mundo. Se originó un despilfarro económico con la creación de armas de la más alta tecnología demostrando una vez más que para lo importante y urgente (como la pobreza, el hambre, la disminución de la tasa de mortalidad en los países más abandonados) aún se puede esperar. Sin ir muy lejos, podemos verlo ahora en las guerras del medio oriente, que llegan al absurdo de pelear por una razón justa, sino cayendo en puros intereses políticos y económicos. En el campo de la medicina o seudomedicina ha dado por sentado legalizaciones como el aborto, eutanasia y le eugenesia.

Es por ello que haciendo una mirada a la actualidad, el hombre se encuentra totalmente desorientado, no es capáz de distinguir lo que es bueno y lo que es malo; su base moral está corrompida por el pecado distorsionando su realidad y haciendo incapáz de discernir por lo mejor. Además el hombre actual se encuentra totalmente escéptico sobre su futuro, no sabe a dónde ir, no sabe de dónde viene, no le encuentra un sentido a la vida, en otras palabras: está totalmente "insatisfecho". Se da cuenta que ningún sistema político, ideológico, ni filósofico le llenan ese deseo de encontrar un sentido a la vida. Ya Nietzsche proponía a fines del siglo XIX un nihilismo (nihil: sin nada); es decir un sin sentido en la vida. Este nihilismo esta propagado en la actualidad de dos formas: una explícita y otra implícita, haciendo la vida del hombre totalmente absurda.

El pensamiento débil, muy de moda en los últimos años (a pesar de que ya se está dejando de lado en las discusiones filosóficas) acentuó mucho más ese relativismo planteado desde el siglo de la Ilustración. De ser así todo esto, entonces ¿Para qué existimos? ¿Qué sentido tiene nuestra vida? ¿Es que acaso no existe ese deseo profundo de realizarnos? El relativismo que se ve actualmente hace que el hombre se confunda profundamente ante la realidad, ¿si es que la realidad existe para ellos?, y se incerta en un profundo abismo que no es capaz de salir. Es por eso que el hombre cada vez se encuentra más light, y tal como dice el psicologo español Enrique Rojas: "El hombre light carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz, aún teniendo materialmente todo (superficial, indiferente, permisivo)"

Ante este panorama sólo hay una respuesta: Existimos por Dios y para Dios. La Felicidad que tanto anhelamos desde los más profundo de nuestro ser, solo podrá ser respondida en la medida en que nos atrevamos a abrir nuestro corazón y dejar de que Él nos ilumine. Nuestro corazón clama a gritos al Señor, no es una casualidad de que nuestro ser sea totalmente trascendente, de que seamos seres integrales: bio-psico-espiritual. ES-PI-RI-TU-AL... entendemos lo que significa eso? Nuestro ser más profundo quiere encontrarse con Dios, con aquel que nos ha creado. Si nuestro anhelo es infinito: ¿qué es lo que existe en este mundo que sea Infinito?

No tengamos miedo en apostar por ÉL. Cristo es capáz de darnos una respuesta a nuestros anhelos más profundos. Él ya vencio a la muerte, la derrotó al pecado y eso es lo que vino a enseñarnos aqui en este mundo, sino ¿para qué vino?. Ninguna otra filosofía que niega la existencia de Dios, ningun sistema político ni económico podrá llenar ese anhelo de ser Felices plenamente, estamos hechos para la eternidad, para trascender, no para permanecer sólo en este mundo. Abre tu corazón y escúchalo. No busques en otro lado, primero búscalo en tu corazón, toma el ejemplo de San Agustin pues él buscó por diversas filosofías y nunca lo encontró hasta que se dio cuenta de que el Señor estaba dentro de él, sólo es cuestion de hacer silencio y escuchar. Nos esperes un camino más. ¿Te atreves a buscarlo?

2 comentarios:

JORGE dijo...

Hola,

Buen punto. Durante años el ser humano ha buscado la felicidad, pero tras una temporada de poner sus espectativas en algo, terminó hastiado y decidido radicalmente a cambiar ese modelo por otro, que lamentablemente también sufría el mismo proceso al cabo de un tiempo; así pasó con el humanismo, el romanticismo, la época barroca, renacentista, etc.

Los únicos a quienes yo se que invariablemente han tenido el mismo modelo y no han sido defraudados son los santos, con María a la cabeza. Eso evidencia que no se han sentido defraudados. Pues a imitarlos en ese camino hacia Cristo, a quien eligieron como modelo y nos invitan a elegir.

Gracias y bendiciones

Juan Pablo dijo...

Gracias por tu comentario y disculpa la demora de mi respuesta.

Efectivamente el hombre de la actualidad ha perdido el horizonte de la mayor parte de su vida. Incluso ya no es capáz de cuestionarse sobre dicho horizonte. A pesar de que tales cuestionamientos y dudas existenciales permanecen en su Ser mismo, las personas en comun ya no le toman mucho interes.
Es indiscutible que aquellos que no se han sentido defraudados fueron los Santos. Ellos con su magnifico ejemplo de conformacion en el Señor Jesus, lograron alcanzar la perfeccion mediante la Gracia y fueron iluminados en sus vidas para iluminar y llevar esperanza a todas las personas y, porque no decirlo, a toda la Iglesia.

En Cristo y María,

Juan Pablo